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Política y Jurídicamente incorrecto.
Por: Jenny González Arenas.

Contrario a lo que muchas personas puedan pensar, las siguientes líneas se escriben con toda la responsabilidad que ello implica, emitiendo un punto de vista personal, pero que es el sentir de muchos miembros de la comunidad universitaria que han visto vulnerados sus derechos laborales y académicos, así como con la certeza de que muchos queremos decirlo, pero las represalias y la falta de madurez política de las autoridades nos motivan a no hacerlo.
Esas autoridades, que ya han concluido su mandato, pero que no perdieron oportunidad para prolongarse en el poder, contra toda lógica jurídica y política, atentando, de manera deliberada en contra de todo principio democrático, son las mismas autoridades que se molestarán por lo que están leyendo, sin embargo, estoy convencida que el dialogo y la apertura es un principio fundamental de toda institución, tanto académica como política, por lo que la Universidad debe ser el espacio en el que se fomente el dialogo y la participación, así como el escenario para que se deje de amedrentar a los universitarios y se fomente la participación libre de los individuos en la toma de decisiones.
Todos los procesos electorales tienen un objetivo claro, con reglas claras, la Universidad Autónoma de Zacatecas no puede ni debe ser la excepción, tanto la Ley Orgánica como el Estatuto universitario establecen claramente las reglas de los procesos electorales internos, así como los objetivos que se persiguen, entre los cuales podemos señalar la temporalidad de las autoridades y el tomar en consideración las voces de los tres sectores que conforman nuestra comunidad universitaria los Docentes, los Trabajadores y los Estudiantes.
En ese marco legal se establece que el mandato de las autoridades durará cuatro años, ni un día más (artículos 18, 42 y 51 de la Ley Orgánica). En dicho ordenamiento se establece que no podrá ser reelecto el rector, y en el caso de los directores y coordinadores de área dicho impedimento es solo para el periodo inmediato. La razón de los legisladores es muy sencilla: la esencia de la democracia implica la alternancia en el poder, permite que se refresquen las instituciones y se renueven con la llegada de gente nueva, evita que se perpetúen en los puestos de toma de decisiones personas con intereses diversos que puedan ser perjudiciales para la vida democrática de las instituciones, es pues, la temporalidad un mecanismo de control para las personas y de fortalecimiento de las instituciones.
Contrario a lo que todos hubiéramos pensado en una Universidad Pública, no hubo, dentro del cuerpo de asesores de la Rectoría y de las Autoridades Universitarias, quien les aconsejara sobre la conclusión del mandato.
Las autoridades podrán argumentar que ante el vacío legal tomaron la decisión que consideraron pertinente, sin embargo, en un estricto ejercicio de ponderación, la democracia representativa nunca podrá estar por debajo de la prolongación de mandato, mucho menos cuando la ley no contempla esa posibilidad.
La razón que se vierte en el comunicado del H. Consejo Universitario de fecha 21 de julio de 2020, publicado en redes sociales de la Universidad, es ninguna, porque en dicho comunicado se limitan a señalar que por acuerdo unánime del Consejo Universitario se acuerda prorrogar el mandato por tiempo indefinido hasta que se integren los nuevos órganos de gobierno universitarios. Como si los universitarios no mereciéramos mayor explicación.
Se trata de una decisión autoritaria, sin mayor dialogo político, estudio jurídico o creatividad democrática, porque no es simplemente alargar el mandato por que si, sino permanecer en el poder para lograr influir en la elección del sindicato con presiones a los docentes y amenazas a sus cargas de trabajo, así como la incorporación de muchos nuevos docentes que, sin haber pasado por los filtros contractuales, ahora ocupan espacios que deberían ocupar maestros con mayor antigüedad y que ya tenían relación laboral con la universidad, pensando también en que el día de mañana que el proceso electoral se lleve finalmente a cabo, esos nuevos docentes que este semestre integraron, sean los que voten por su candidato oficial.
La Universidad tiene que dejar de estar secuestrada por los mismos grupos que se han encargado, cuatrienio tras cuatrienio, de seguir haciendo su voluntad y tratando a la UAZ como si fuera un barril sin fondo.
La ilegalidad en la que se encuentran ahora las autoridades universitarias debe ser un llamado a la libertad de en la toma de decisiones de los Universitarios, porque lo que se haga hoy, como entregar nombramientos, el día de mañana puede ser cuestionado y hasta revertido por la Auditoria Superior.