Skip to main content

Pronósticos del COVID y la realidad en el limbo …
Dra. Verónica Arredondo Luna

EN EL ENTORNO… El COVID-19 es el tema en boga, y como motivo que rige la actualidad, se encuentra relacionado con un sinnúmero de ideas que probablemente no entendemos en su extensión, pero que en este momento nos suenan familiares: SArS-CoV-2, coronavirus, la pandemia, medidas preventivas, campañas de prevención, datos, contagiados, decesos, cambios en la vida personal, alteración en la calidad de vida social, efectos adversos en la economía, transformación en la forma de la educación académica, otras maneras de relacionarnos, etcétera. Puede ser difícil de entender, pero, en todas esas charlas de sobremesa, -que podemos tildar como problemas a resolver-, que la gente hemos tenido durante este contexto, la modelación matemática ha intervenido con el fin de estudiar, analizar e interpretar para encontrar una solución real. Y sin embargo, aunque tengamos a la mano las estadísticas y números, no se puede garantizar un argumento que descifre el dilema.
Por ejemplo, -específicamente en el tema de la pandemia-, los modelos utilizados para estimar las cifras de contagiados y decesos, cuando nos focalizamos en la correlación entre estos datos, nos encontramos con la sensación de que de una u otra manera no han sido los más eficaces.
Pero, estimado lector o lectora, siempre nos han dicho, y hecho creer, que las matemáticas son exactas, ¡no!, eso no pasa, no en los hechos. Porque las predicciones que devienen de las ciencias matemáticas no emulan una bola de cristal que vaticinan el futuro. En el asunto de los pronósticos mediante la modelación matemática, los datos arrojados mediante modelos matemáticos, son meramente estimaciones.
Estoy de acuerdo, y lo sé porque es la rama de la ciencia en la que me he especializado, que algunos de pronósticos son mejores que otros. Pero TODOS, absolutamente TODOS presentan errores por el simple hecho de ser eso: estimaciones, interpretaciones. Y es que la realidad futura tiene tantos posibles escenarios, que presentar un modelo que los exprese con error del 0.0% (que es probable), en los hechos, es prácticamente imposible.
LOS NÚMEROS, derivados de modelos matemáticos, predicen solo un pequeño universo de las realidades; y las realidades son como una lotería. Los números siempre dependerán de las variables que se contemplen en el modelo, es decir que pueden ocurrir inconsistencias que no se habían previsto. Lo que digo es que: entre más variables se consideren en el modelo, se corre el riesgo de elevar la complejidad del mismo y con ello no obtener como mínimo una posible solución.
Lo que digo es que, para realizar estimaciones, se toman en cuenta las variables disponibles más relevantes de tal manera que el modelo pueda resolverse y contar con al menos algo de información, ahora sí que más vale algo que nada.
En el tema de las estimaciones en torno al COVID-19, se ha dejado entrever que los pronósticos realizados no han sido en todos los casos los más acertados, en los tiempos especificados. Pero, ¿por qué? La respuesta es muy amplia y mencionaré solo tres aspectos.
En primer lugar. El comportamiento del virus es de tal magnitud que es más que imposible considerar todas las variables que podrían ser incluidas en este momento. Además, no sabemos hasta qué punto las conocemos y reconoceremos. Esto es una sola parte de limbo en el que nos encontramos y que nos provoca tanta incertidumbre e inestabilidad; el problema no solo se resume a una cuestión de números, porque implica relatos sociales, ambientales, sanitarios; de otros caracteres desconocidos hasta ahora, ya que cada individuo en este momento sí importa.
Lo segundo compete directamente a la sociedad. Nuestras prácticas tradicionales de convivencia en una cultura como la mexicana, no son propiamente las mejores para evitar contagios de COVID, recordemos que una parte de los contagios se da por personas asintomáticas, y algunas personas creyéndose 100 por ciento sanas, actúan como si nada pasara.
La forma de convivencia en nuestra cultura es una variable de suma importancia en los pronósticos relacionados con el COVID-19. Sin embargo, hasta el momento no ha sido posible incluirla puntualmente en los modelos para medir cómo influye exactamente nuestra conducta social en el número de contagios, y muertes.
Finalmente, el tercer punto, es que, por lo menos en el caso de México, el sistema de administración de bases de datos en diversos sectores, por supuesto el de salud incluido, no es el mejor, por lo que frecuentemente observamos datos que no corresponden a la realidad y en esto no hay modelo que ayude pronosticar buenos números, en ocasiones parece que se encuentran como en el limbo. Podríamos tener un modelo más certero de bases de datos, creo. Supongo que eso nos ayudaría un poco más respecto a este problema.
Así pues, algo muy bueno que podrían hacer nuestras autoridades es desarrollar, mejorar y presentar bases de datos que simplemente le corresponde.
¡¡¡CARAY, hay que hacer los esfuerzos necesarios ya¡¡¡
Honestamente no cuesta nada, CUESTA MUCHO no hacerlo!!!! Exigimos datos correctos, bases de datos bien armadas en tiempo y forma, no solo en el sector salud, para eso pagamos todos(as).
La ciencia, los número, los pronósticos, hacen solo una parte en la mejora del nuestro entorno.
Lo cierto es que aunque podríamos sentirnos como en el limbo, en esta nueva realidad: Todos(as) DEBEMOS asumir nuestra corresponsabilidad ciudadana en lo individual y lo colectivo. Esto requiere inminentemente de un cambio de formas de actuar, de mentalidad.
Esto siempre es positivo bajo cualquier circunstancia, asumámosla ahora más que nunca.