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Divagaciones de la Manzana
Del general secretario, para arriba y para abajo
Martha Chapa
Por la gravedad y consecuencias que acarreará, el tema ineludible del momento y de las semanas por venir es la detención en Estados Unidos del General Salvador Cienfuegos.
Desde ahora e independientemente de lo que resuelva la Corte de Justicia de este país, en cuanto a su culpabilidad por delitos diversos, el daño está hecho.
En principio, se disuelve aún más la imagen de pureza que el ejército ha tenido en buena medida ante la ciudadanía y pone en entredicho la tozuda andanada del Presidente López Obrador, día a día, sobre la indudable honestidad prevaleciente en las Fuerzas Armadas, junto a su eficiencia y preparación.
Bien sabemos que en todas las organizaciones, sean públicas o privadas, existen hombres y mujeres honestos a cabalidad, como también quienes las han manchado con corruptelas, fraudes y desvíos presupuestales.
Como se ve, el ejército no es la excepción y si bien no puede generalizarse por los presuntos delitos cometidos por Cienfuegos, es evidente que de proceder o probarse, no pudo haberlo perpetrado el solo, sino con una complicidad extendida en los mandos medios y superiores.
Asimismo, hemos de preguntarnos qué hará López Obrador en lo sucesivo, tanto por lo que toca a la élite militar que está dentro de su gobierno, muchos nombrados por Cienfuegos en el pasado reciente como de las responsabilidades múltiples e importantes que les ha encomendado, ya sea el Aeropuerto de Santa Lucía o la Refinería de Dos Bocas, entre otras, ya que incluso ha trascendido que algunas de las compras vinculadas a estos proyectos fueron otorgados sin mediar las licitaciones alguna que por ley se requieren y a la que están obligados.
Por igual, los perjuicios, fracturas y enfrentamientos han de surgir pronto dentro del propio ejército, y por lo que respecta al propio presidente, que fue ignorado junto al canciller Ebrard Marcelo Ebrard, por las autoridades norteamericanas que operan dentro y fuera de nuestras fronteras, lo cual es en verdad humillante y una violación a nuestra soberanía nacional.
Así, lo menos que debió haberse adoptado como medida inmediata es una carta de extrañamiento y reclamo, para que se aclaren estas maquinaciones provenientes de la DEA. Por lo pronto, se han enrarecido las relaciones entre el gobierno de esa nación y nosotros. Y en este sentido no ha faltado quien sostenga el uso electoral de Trump de tan delicada cuestión, aunque creo que está tan perdido en las preferencias y el voto de la sociedad norteamericana, que no ha de servirle ni será decisiva para esos efectos.
Vienen tiempos borrascosos, tormentas políticas, desencantos sociales, que no sabemos en qué pararán o cuáles serán sus efectos ulteriores, pero que en todo caso nos golpean y estremecen, dividen y desprestigian hacia dentro y en el contexto global de nuestros días.