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La delgada línea entre la sensualidad y la vulgaridad

Por: Adriana Bujdud Nassar

Consejera de Imagen Personal y Profesional

Estamos inundados de imágenes llenas de contenido sexual dentro de las redes, y no necesariamente deben ser explicitas para que se entienda el mensaje que se está comunicando. Eso es solo la parte gráfica que mostramos al público, pero ¿qué hay del comportamiento?, esto incluye nuestros ademanes al movernos, caminar y hablar, las palabras que usamos, la educación y si somos capaces de mantener una buena y nutrida conversación con otras personas.
La sensualidad como tal, no es el enseñar de más los atributos físicos de un hombre o de una mujer, es básicamente la seguridad en ti como persona, aquí es donde la autoconfianza y autoestima son vitales. El vestirte correctamente para cada ocasión y para el mensaje que quieres trasmitir es muy importante, ya que las impresiones que demos a los demás, serán las que se queden en su cabeza. No olvidemos nuestra esencia y que cada hombre y mujer le sientan mejor unas prendas y estilos y que estos te pueden potencializar o te restan puntos
No solo las mujeres pueden caer en las trampas de la vulgaridad, los hombres también han sido presos de ella desde la forma en que se puedan vestir, comportar y como se expresan. El buen gusto no está peleado con la sensualidad, pero no va con la vulgaridad.
Otro punto importante un poco alejado de la vestimenta, es el lenguaje corporal, este dice mucho y puede catapultar a una persona en solo unos segundos, la idea no es verse vulgar, a nadie le gusta en realidad y aquellas personas que gozan de este tipo de espectáculos visuales de mal gusto; lamentablemente no te verán más allá de lo sexual, y considero que todos nos merecemos mucho más. Lo primordial en este caso es verte sexy, avasalladora, imponente, sensual, sofisticada, y por así decirlo “inalcanzable”. Llamar la atención, pero positivamente, de igual forma aplica para los caballeros.
¡Mostrar es aceptable, claro que lo es! Sin embargo hay que saber cómo hacerlo, si llevas un escote pronunciado procura no llevar una falda muy corta o a la cadera o viceversa por poner un ejemplo. Todo depende del tiempo y el lugar. Claro que es bueno potencializar nuestra imagen mostrando adecuadamente lo que hemos trabajado con el ejercicio o con nuestra genética generosa, simplemente busquemos el equilibrio entre ser sensual e interesante, Ser interesante es más atractivo que dejar a la vista todo lo que tenemos. Si se muestra todo, se pierde el interés.
Lo sensual se siente y lo sexual se muestra.