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Infodemia
A la memoria del senador Joel Molina Ramírez
Ricardo Monreal Ávila
Desde que irrumpió el SARS-CoV-2 en el mundo, causando la infección respiratoria COVID-19, la cantidad de información difundida en relación con la pandemia ha sido avasalladora; aunque, en muchos casos, muy cuestionable o de dudosa procedencia.
Entre febrero y marzo de este año comenzó el gran confinamiento mundial; la mayoría de los países redujeron su actividad productiva; la ONU ha estimado para América Latina una reducción del 7 por ciento del PIB.
A nivel mundial, se pronostica que por la pandemia caerán en pobreza poco más de 176 millones de personas; esto evidencia una depresión económica igual o mucho más grave que la del Jueves Negro de Wall Street de 1929, la cual sumió al mundo en una gran recesión económica que no había tenido parangón hasta esta generación.
Sin embargo, lo más grave ha sido la pérdida de vidas humanas; más de 1.1 millones de decesos a nivel mundial y más de 43.6 millones de casos de infección demuestran la magnitud de la pandemia que hoy enfrentamos en el orbe.
Prácticamente todos los países implementaron medidas de aislamiento social para intentar contener la expansión del virus en sus territorios; algunos decidieron cerrar sus fronteras, llevando al límite la inmovilidad social; otros decidieron no hacerlo, pero redujeron al máximo las actividades no esenciales.
En el caso de México, el Gobierno federal, en colaboración con personas expertas y autoridades sanitarias, determinó suspender toda actividad que implicara la congregación numerosa de personas, para aplanar la curva de contagios.
A pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos de cada país para contener los contagios, se está viviendo, sobre todo en el hemisferio norte, y debido a la llegada de la estación gélida, una segunda ola de la pandemia.
México está hoy en una nueva situación de alerta ante el aumento paulatino de contagios; al igual que en meses pasados, el Gobierno federal busca evitar el colapso del sistema de salud.
Para ello, estrategias como el uso del semáforo epidemiológico propuesto por las autoridades sanitarias han demostrado su utilidad; lamentablemente, algunas entidades federativas están volviendo al semáforo rojo y otras se acercan poco a poco a ese color, por lo que se tendrán que limitar nuevamente las actividades ordinarias y restringir la movilidad social, lo que podrá impactar negativamente a la economía local y por ende a la recuperación nacional.
Las autoridades sanitarias, el Gobierno federal y quienes participamos en la 4T sabemos que hay otro elemento con el cual se tiene que lidiar en medio de la grave crisis de salud pública y económica que hoy enfrentamos: el alud de desinformación que se ha generado y utilizado de manera perversa para atacar políticamente al Ejecutivo en lo general y al Senado de la República en lo particular.
Con todo, el peso ha ido ganando terreno, poco a poco, frente al dólar, y el precio de los combustibles se ha mantenido estable, lo que nos permite augurar una paulatina recuperación de la economía de nuestro país, la cual ha sufrido una importante desaceleración. Además, se ha tenido un estricto cuidado del control de la inflación, para paliar los efectos perniciosos de la crisis en el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
Parece evidente que quienes aspiran a sabotear el proyecto de nación representado por la 4T pretenden ocasionar confusión y mermar la credibilidad de quienes legítimamente hoy se encuentran al frente del gobierno.
La infodemia es un padecimiento que ataca principalmente a quienes han visto trastocados sus intereses ilegítimos; los síntomas más comunes son un malestar crónico ocasionado por la pérdida de privilegios, así como una alta temperatura, como consecuencia de la separación entre el poder político y el poder económico.
Este tipo de virus afecta de manera particular a una oligarquía que se benefició del neoliberalismo, y busca reproducirse en la opinión pública por medio de la divulgación de campañas negras o de desinformación desde los medios tradicionales de comunicación y en las redes sociales.
Intenta introducir nociones o imágenes que no corresponden con la realidad, como, por ejemplo, sugerir que los contagios de COVID-19 entre compañeras y compañeros senadores son consecuencia directa de su presencia en el recinto legislativo de Xicoténcatl, anterior sede del Senado, en donde la semana pasada se llevaron a cabo los trabajos del Pleno.
En días pasados, lamentablemente perdió la vida nuestro compañero senador Joel Molina Ramírez, quien fuera un incansable luchador en Morena. La oposición ha acusado que este lamentable suceso, así como los demás contagios de COVID-19 entre legisladoras, legisladores y personal del Senado han sido a causa del trabajo parlamentario organizado y programado en el seno de los órganos de dirección de la Cámara Alta, lo cual es falso, pero se ha difundido ampliamente.
En el Senado de la República lamentamos profundamente el deceso del senador Joel Molina Ramírez, y esperamos la pronta recuperación de quienes han enfermado de COVID-19. Honraremos la memoria de nuestro compañero, extremando las medidas y precauciones que contribuyan a salvar vidas y a cuidar la salud de todas las personas que laboramos en esta institución fundamental del Estado mexicano.
En la Cámara Alta nos comprometemos a colaborar con las autoridades de salud para hacer frente a todos los retos impuestos por la pandemia. Al mismo tiempo, llamamos a la ciudadanía a combatir la infodemia, alimentada por las campañas negras y de desinformación, las cuales se han convertido en un pesado lastre para salir de la crisis sanitaria y transitar hacia la recuperación económica.
Para combatir la epidemia nociva de rumores y desinformación es indispensable asimilar los resultados palpables que se están teniendo gracias a una gestión pública responsable, cercana a los intereses de las mayorías y no de unos cuantos.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA