Skip to main content

“Y tú ¿qué me cuentas?” cuarta parte

Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
www.lamaddalenaedi.blogspot.com

Con este articulín, cierro los diálogos con el Guernica, esos diálogos que hemos tenido con el cuadro, con su estilo, a regañadientes con su autor y ahora lo tendremos con su tiempo, con esos terribles tiempos.
Me da nostalgia dejar de platicar con él, pero a la vez siento cierto alivio. Para La Mada el Guernica siempre ha representado mucho dolor, más allá de ser la pintura más famosa y significativa del siglo XX y la revolución artística que logró su autor su él, este diálogo ha sido como el que se tiene con alguien muy sabio, quien ha vivido mucho y ha sufrido mucho, con ese alguien que cuenta su historia y sin lamerse las heridas es capaz de trasladarnos a cada uno de sus momentos, conmovernos, ese alguien cuya plática nos paraliza y nos deja mudos con muchas dudas en la cabeza que somos incapaces de formular. Esa platica que raras veces tenemos la oportunidad de tener. Sin embargo, a mí, en lo personal, me produce mucho dolor.
Picasso abrió una maravillosa puerta para las generaciones que le precedimos. Picasso, pintor, poeta, escritor, un crítico nato de su época, logró lo que propuso con su obra: “… que ellas solo desprendiesen emoción”.
Platicando con un implacable crítico de arte, mi hijo de 6 años, me di cuenta de que a esa tierna edad la emoción que provoca el arte es muy sincera, relajada y auténtica. Tratando de introducirlo en el arte, la actitud de él es tajante. La obra le motiva o no. En ocasiones trato de forzar su apreciación diciéndole todas las cualidades de cierta obra que a mí me gusta, él simplemente dice: No y sin dar más explicaciones deja de prestarme atención. Sin embargo, si la obra lo “emociona” pregunta y pregunta, es capaz de encontrar detalles que yo ni siquiera había visto… lo observo como se va metiendo dentro de la pintura y llega a formar parte de ella, su imaginación es contagiosa.
El Guernica impacta per sé, no importa si el observador conoce o no de arte, conoce o no de historia… se queda pegada como un imán, ese magnetismo que tiene todo lo que nos conmueve.
A Guernica, el poblado, lo definiría un roble milenario hermano del Ave Fénix, mismo que se conserva completamente seco desde 1892. “Los buitres disfrazados de águilas no alcanzaron a herirlo y pronto a la sombra del Guernikako Arbola, florecerá de nuevo la inmortal dignidad de los eúskaros” (Eduardo Ortega y Gasset) (García Barragán & Schneider, 1989). Aquel día la vida se desarrollaba apacible en el poblado, en la medida que la guerra civil española lo permitía. El Nacional del 27 de abril de 1937 fue el primer periódico mexicano en difundir el sangriento bombardeo bajo el título: “Guernica atacada por los alemanes, bombardearon la histórica aldea ayer”, es uno de los tantos impactantes encabezados de los periódicos de nuestro país que iban aclarando lo ocurrido mediante notas anónimas y algunos partes oficiales. El fascismo español e internacional orquestó la calumnia donde responsabilizaba al propio ejército vasco como causante del holocausto. El periodismo mexicano se mantuvo al margen (hágase la ley en las vacas de mi compadre) ejemplo fue la divulgación de las declaraciones que el propio presidente del gobierno vasco, José Antonio Aguirre hizo como respuesta a los cargos lanzados. El Universal del 29 de abril transcribe textualmente esa información: “Ante Dios afirmo que varios aviones alemanes bombardearon Guernica durante tres horas y media reduciéndola a cenizas y haciendo huir a mujeres y niños con el fuego de sus ametralladoras, resultando muertos muchos de los fugitivos”. Curiosamente en ese mismo artículo repite la información del The New Times, fechada en Berlín donde la prensa de esa capital, obviamente, desmiente que hayan sido aviones alemanes, que prácticamente los periódicos ingleses y franceses les tenían mala leche y era parte de maniobras siniestras contra Alemania. Si en estos tiempos de información en tiempo real hay noticias falsas (fakenews… sin comentarios), imagínese usted en aquellos años donde el telegrama era lo más veloz. A fin de cuentas la Historia es quien revela, casi siempre, la verdad. Tales actitudes afirmaron el criterio de algunos estudiosos de que la guerra civil española fue un campo de experimentación del poderío de naciones extranjeras.
La narrativa por parte de los sobrevivientes, entre ellos el propio alcalde de Guernica, describe los acontecimientos como si se estuviesen viendo a través de una pantalla… y al fondo el cuadro de Picasso como escenografía, observador hierático de los hechos. A través de los relatos se puede ver a cada personaje real embonando lentamente y fundirse en cada una de las figuras cubistas, bajo la mirada impasible del toro y la mueca del caballo… que cada quien saque sus conclusiones…
Una nota anónima publicada en la revista Romance dedica una página de autor anónimo a la exposición “Hispanidad, Invención y Genio de Pablo Picasso. Comentarios con motivos de su gran exposición neoyorquina”. Finaliza haciendo alusión a la destrucción de Guernica y al cuadro con las siguientes palabras:
“… desesperada vuelta a la desesperada realidad de su pueblo, y a la realidad de la pintura que le llamaba a gritos, a gritos de verdad desde la celda del carcelero cubista, desde la cueva del cancerbero surrealista. Y de donde el genial Picasso no pudo libertarla y libertarse, confirmando así su destino de realizar la pintura más libre de su época y ser a la vez el pintor más apasionado.” (García Barragán & Schneider, 1989)
Cierro pues con esta importante anécdota, descrita por Julio Jáuregui en su escrito publicado en Euzko Deya el 1° de agosto de 1944:
“El Embajador alemán en Francia, Von Betz, se dispuso a visitar el estudio de Picasso en la típica rue de la Boetie, con la intención sin duda de comprobar lo que había oído y de intentar disuadir al gran pintor. A ello le animaba su amistad con el maestro, preguntó a Picasso en un tono un tanto insinuante: “¿Qué es lo que está Ud. haciendo ahora?”. Picasso, sin inmutarse se levantó y aproximándose a uno de esos caballetes, descorrió el que ocultaba los estudios del Guernica. Al contemplar con todo su dramatismo, el embajador alemán, ocultando la impresión que le había producido la obra de sus compatriotas en una tierra extraña y pacífica, se atrevió a preguntar a Picasso: “Esto es lo último que ha hecho Ud.” “No, señor embajador-respondió tajante el maestro- Esto es lo último que han hecho Uds.”. Y allí se terminó la entrevista y la amistad de Picasso con el embajador alemán.” (García Barragán & Schneider, 1989)
Tal vez se piense que empecé esta plática al revés, que este debió ser el primer articulín, pero dígame usted ¿no son así las pláticas más sabrosas? sin orden y metiendo en ocasiones temas que nada tienen que ver con el argumento inicial hasta que se dice… “¿cómo fue que llegamos a esto?”… y entonces se toma el tema de origen, y así, esto se repite a lo largo de la sabrosa charla.
Fin de la cuarta y última parte esperando sentarme a charlar con nuestro próximo invitado.

Trabajos citados

Andueza, M., García, E., Hernández, A., Buxó, J., López, S., Schneider, L., y otros. (1989). Guernica 50 años. Una ciudad, un cuadro. Cuernavaca, Mor. : LITOARTE, S.A. de C.V. .
García Barragán, E., & Schneider, L. M. (1989). Guernica. En M. G. Andueza, A. Henández, J. Buxó, S. López, L. Schenider, & M. Soto, Guernica 50 años. Una ciudad, un cuadro. (págs. 31-49). Cuernavaca: Talleres de LITOARTE, S.A. DE C.V.