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La tecnología en la UAZ
Por: Jenny González Arenas.

Probablemente habrá quienes no estén de acuerdo conmigo, puesto que hay quienes, en nuestra universidad tiene conocimientos tecnológicos de avanzada y podrán afirma que los problemas que plantearé a continuación son pecata minuta, sin embargo, lo que estoy a punto de plantear se deriva de la experiencia que se tuvo el semestre pasado en línea y de las complicaciones que, lamentablemente, las autoridades universitarias no han podido resolver a una gran cantidad de docentes universitarios y alumnos.
Somos una universidad de aproximadamente 50,000 personas, entre alumnos, docentes y trabajadores administrativos, quienes hemos tenido que migrar al trabajo en línea en la medida de lo posible debido a la contingencia sanitaria por la que atravesamos. La población estudiantil de la UAZ sabe que pertenece a una de las universidades más baratas del país, puesto que las cuotas de inscripción son de fácil acceso, además de que se cuenta con un importante sistema de becas y apoyo a los estudiantes de escasos recursos, por lo que para nadie es una sorpresa que muchos de nuestros estudiantes no cuenten con los recursos tecnológicos o el acceso a internet para migrar su formación media - superior y superior a la modalidad en línea.
Cuando todo esto empezó, la instrucción fue trabajen como puedan, ahora diez meses después, la Universidad ha sido incapaz de dotar a todos los alumnos y maestros de una cuenta de correo institucional. Para muchos esto puede ser irrelevante, pero para otros eso implica identidad, porque eso les permitiría a los docentes tener la certeza de que quienes ingresen a la plataforma sean, efectivamente, alumnos de la institución, registrados a la clase de cada docente.
De igual forma, esa cuenta institucional permitiría garantizar que solo los alumnos ingresen a la plataforma de exámenes y que el docente pueda detectar quienes ingresan o quienes pretenden hacer trampa en el examen, porque se han presentado situaciones en las que, lamentablemente, los alumnos solo buscan en YouTube un tutorial para hackear exámenes y lo pueden hacer sin problema alguno.
Otro problema que se presenta constantemente es que la falta de una plataforma institucional adecuada nos obliga a usar plataformas de acceso gratuito o pagado, cuya calidad de video y seguridad nos impide llevar a cabo nuestras clases de forma adecuada, eso sin tomar en cuenta los gastos adicionales que ha representado para muchos docentes el contratar servicios de internet adicionales o pagar por software o equipo adicional que va a dejar de ser útil, para muchos de nosotros, cuando la pandemia termine, porque cierto es que algunos docentes por las carreras o perfiles que manejan están obligados a usar la tecnología de manera cotidiana, mientras en otras carreras no es tan necesario contar con una computadora con videocámara o con el uso de programas para videoconferencias, porque el desempeño profesional no lo requiere así.
Muchas han sido las complicaciones, pero también mucha ha sido la indiferencia de las autoridades universitarias encargadas de proveer de los recursos técnicos para mejorar las clases en línea y simplificar el proceso de enseñanza aprendizaje. Esa indiferencia complica el trabajo docente y la formación de los alumnos, pero pareciera que es más importante pagar para que se lleve a cabo un proceso electoral virtual que no es urgente y que solo beneficia a los grupos políticos al interior de la Universidad, que mejorar la plataforma institucional para las clases virtuales, que si es la función esencial de la universidad y que impactaría de manera favorable en la formación de miles de alumnos universitarios.