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Ricardo Monreal Ávila
¿Elecciones inmunizadas?

Se acerca el periodo electoral intermedio de nuestro país, que será de suma importancia, no sólo porque se tratará de los comicios más grandes de la historia, ya que a nivel local se renovarán gubernaturas, legislaturas, ayuntamientos, alcaldías, etc., y a nivel federal, la integración de la Cámara de Diputados, sino porque la retención de la mayoría parlamentaria por parte de Morena y sus aliados en ese órgano legislativo será crucial para que sea posible continuar con los cambios y las reformas sustanciales del nuevo régimen.
Los esfuerzos realizados desde el inicio del sexenio para llevar a cabo la transformación de la vida pública nacional apenas empiezan a dar los resultados esperados en materias estratégicas como el combate a la inseguridad y a la corrupción, por lo que para el Ejecutivo federal es de suma importancia seguir contando con la mayoría legislativa en la segunda parte de su gobierno, pue ello brindaría a su gestión una mayor gobernabilidad, que indudablemente beneficiaría a todo el país.
Es claro para todas y todos los mexicanos que el conservadurismo, ubicado hoy del lado de la oposición, quedó moral y materialmente derrotado después de las elecciones de julio de 2018, aunque sus prácticas, que laceraban el interés común y que dejaron terribles consecuencias, hoy en día aún resultan un lastre.
El gobierno federal actual ha ganado credibilidad y legitimidad entre la ciudadanía por la manera como se ha conducido, sobre todo en el último año. Aunque la pandemia ocasionada por la irrupción del virus SARS-CoV-2 ha golpeado fuertemente a todas las economías del mundo, el Estado mexicano ha sabido sortear con éxito las dificultades, aplicando estrategias adecuadas para mantener sanas las finanzas públicas, e implementando acciones para lidiar con esta circunstancia sanitaria inédita para los tiempos actuales.
Pelear en dos frentes de batalla, la economía y la salud pública, ha sido una auténtica prueba de fuego para el gobierno federal, por lo que se le debería reconocer, incluso por la oposición, que no haya incurrido en mayor endeudamiento para enfrentar esta crisis, como anteriormente sucedía, y que, contra todo pronóstico, haya recursos suficientes para incentivar apoyos económicos, incrementar la capacidad de la infraestructura hospitalaria y reforzar las medidas para evitar el colapso del sistema de salud. Asimismo, se han logrado mantener estables los índices inflacionarios, el poder adquisitivo, la paridad con el dólar, el precio de los combustibles, las fuentes de empleo, etcétera.
Aunado a lo anterior, nuestro país ha negociado la adquisición de un número importante de vacunas que se han producido en diferentes lugares, con lo cual se espera inmunizar a la población mexicana en el menor tiempo posible, lo cual ha iniciado con el personal del sector salud que se encuentra en la primera línea de combate del virus que azota hoy a todo el mundo.
Estas medidas y las decisiones que día a día se toman desde la esfera gubernamental para atender la crisis que atravesamos, le han granjeado al presidente de la República la simpatía de una mayoría ciudadana que aprueba su gestión, y que explica por qué es uno de los tres mandatarios mejor evaluados por sus connacionales a nivel mundial.
No obstante, el desempeño y la evaluación del gobierno federal no necesariamente se traducirán en un mayor número de votos para la institución política fundada por el hoy presidente. Sería un error pensar que Morena va a beneficiarse sin más de la labor realizada por el equipo que actualmente trabaja para mantener la estabilidad del país en medio de la crisis sanitaria, que ha tenido también repercusiones económicas.
Todas las personas que en Morena busquen contender en las urnas por un puesto de elección popular deben hacer conciencia de que el voto ciudadano ampliamente mayoritario de 2018, que concedió el arribo a la presidencia a una organización política de izquierda por primera vez en la historia de nuestro país, se ganó a ras de piso.
Fue en las calles como se conquistó el voto popular de la mayoría que en las urnas expresó su real sentir aquel histórico 2 de julio; fue escuchando a la ciudadanía, a un pueblo que clamaba por un cambio sustancial y que se encontraba hastiado de un régimen benéfico sólo para una minoría privilegiada.
Creer que el beneplácito que el pueblo de México siente por su presidente es transferible es un error. La ciudadanía está cansada de los personajes políticos tradicionales, que sólo hacen acto de presencia y reparten despensas, dinero o bienes durante los tiempos electorales. Morena debe tener presente que necesita conservar el apoyo popular, a partir de un acercamiento genuino con su base ciudadana.
Por otro lado, al poner atención a los spots difundidos medios de comunicación tradicionales, así como en los contenidos que circulan en redes sociales, podemos constatar que la oposición está trazando su principal estrategia a partir de magnificar y sobredimensionar lo que califican como malos resultados de la actual administración federal. Los partidos opositores creen que su retórica apocalíptica hará mella en la decisión del electorado, y que así podrán granjearse la voluntad de personas que no han decidido el sentido de su voto o de abiertos detractores de la 4T. Nada más falso.
De inicio, el conservadurismo se tiene que deshacer de la mala imagen y de sus altos negativos ya afianzados en el electorado. Si únicamente se centra en magnificar lo que consideran fracasos del gobierno de la 4T, sus esfuerzos están condenados a no prosperar.
Sin embargo, la llegada de la vacuna contra el SARS-CoV-2 no inmunizará ni a Morena ni a la oposición contra el resultado electoral. Hay que salir una vez más a granjearse el favor del electorado, demostrando con hechos, como lo está haciendo el gobierno federal actual, que hay una firme determinación de lograr un cambio sustancial en nuestro país, de alcanzar una democracia plena, justicia social y mejores condiciones de vida para la población.
En sintonía con esto último, habrá que sumar la urgencia de darle organicidad y un carácter incluyente al partido, eludiendo a toda costa la percepción de ser un instituto político dividido o diezmado por sus pugnas internas.

ricardomonreala@yahoo.com.mx<br /> Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA