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Ricardo Monreal
Pandemia e infodemia

Recientemente fue dada a conocer públicamente la noticia de que el presidente de México contrajo COVID-19. Tal suceso ha generado una grande expectación y ha sacudido algunos espacios de la opinión pública. Varios líderes mundiales, como Angela Merkel, Joe Biden, Vladimir Putin y Justin Trudeau, han deseado pronta recuperación al mandatario.

En este sentido, cabe preguntarse si, dado su papel fundamental y estratégico, el primer mandatario debió haber sido una de las primeras personas en recibir la vacuna contra el potencialmente fatal virus. Después de todo, es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y el superior jerárquico de todas y todos los servidores públicos de la nación, incluido el laudable personal médico, que ya está siendo vacunado.

La respuesta parece obvia, ya que prácticamente todos sus homólogos en los países en donde ya se está aplicando la vacuna han sido inoculados: desde Donald Trump y Joe Biden, en Estados Unidos; Alberto Fernández, en Argentina, y Vladimir Putin, en Rusia, hasta Justin Trudeau, en Canadá).

Sin embargo, el presidente López Obrador decidió respetar su turno en el plan de vacunación institucional, algo muy lógico, considerando su congruencia con los principios republicanos que enarbolaron los padres fundadores de la nación mexicana, como el mismo Morelos. En consecuencia, el mandatario resolvió esperar, como un ciudadano más, hasta que llegara el tiempo programado para que su grupo etario accediera a la vacunación, es decir, a finales de marzo.

Sin embargo, la otra pandemia, la de la desinformación (conocida como infodemia), parece no ceder, y en tal sentido cabe recordar los señalamientos auspiciados por quienes sufren y difunden este padecimiento: en su momento se llegó a afirmar que el primer mandatario ya había sido inoculado; que había accedido hace meses a la vacuna proveniente de China, junto con integrantes de su gabinete, y que ello explicaba su actitud confiada y templada frente al escenario de adversidad, así como la reanudación de su agenda de giras los fines de semana.

Lo anterior, como muchos otros señalamientos en contra de la persona y las acciones de gobierno del presidente, no encuentra sustento en la realidad: él no había sido inoculado, y su actitud ecuánime obedecía a su congruencia, pues se encontraba en la fila de espera, aunque ello le haya significado poner en riesgo su salud.

Por fortuna, hoy, aunque infortunadamente contrajo el coronavirus, no está en una condición grave; se están siguiendo los protocolos de salud correspondientes para su cuidado y se le está brindando atención médica pertinente y oportuna. Sin embargo, la enfermedad no ha imposibilitado su rol como titular del Ejecutivo; se espera que se recupere en breve y que retome los pendientes de su agenda sin mayores contratiempos.

El presidente AMLO se encuentra en confinamiento temporal, pero no abstraído de las dinámicas sociales, la realidad coyuntural o los retos del día a día; está imposibilitado para dar audiencia, pero no ausente de las decisiones de gobierno y de Estado.

La experiencia del confinamiento podría incluso ser positiva para el presidente. Numerosos testimonios alrededor del mundo de quienes han librado favorablemente la batalla contra la COVID-19 luego del confinamiento dan cuenta de distintos dividendos que han contribuido al crecimiento personal y a la reasignación de prioridades

Desde el lunes 25 de enero se han suscitado eventos que pueden resultar desconcertantes, pero a la vez esperanzadores: se dio a conocer en medios nacionales la situación de salud del presidente, lo que pudo provocar cierta incertidumbre en la dimensión gubernamental del Estado mexicano, pero también se anunció el próximo envío de 24 millones de dosis de vacunas rusas para México, gracias a las gestiones del titular del Ejecutivo federal.

Tristemente, en la misma fecha también se dio a conocer que se alcanzó la cifra de 150,000 decesos por COVID-19 en nuestro país, pero, al mismo tiempo, ya se vislumbran buenos signos económicos (el Fondo Monetario Internacional mejora los pronósticos para México y prevé una recuperación del PIB), y con la masificación de la producción y distribución de las vacunas se espera ir frenando los efectos nocivos de la pandemia.

El mundo entero se encontraba en vilo, esperando la llegada de las vacunas para detener el avance de la COVID-19. Las noticias sobre el desarrollo de los antídotos han generado buenas expectativas para que el mundo se encamine a la superación de la crisis sanitaria, así como la crisis social y económica que le han acompañado.

No obstante, no podemos bajar la guardia respecto de los efectos nocivos de la otra pandemia, la de la desinformación, respecto de la cual no se conocen mejores antídotos que la transparencia, la rendición de cuentas, la libre circulación de las ideas, el debate y las diferentes manifestaciones del ejercicio del derecho de libertad de expresión.

El derecho de acceso a la información o de libertad de expresión es considerado un pilar fundamental de la democracia; es decir, mientras el Estado no pueda garantizar el libre ejercicio de este derecho, las propias precondiciones de la democracia se verían comprometidas.

En este sentido, la infodemia que han estado padeciendo las democracias contemporáneas son consecuencia directa de sus propias condiciones de desarrollo. Entonces, es posible hablar del Estado mexicano como un garante de los derechos y las libertades de la población, lo cual demuestra la vocación democrática y progarantista de nuestro presidente.

A su vez, esto mismo explica la actitud receptiva, tolerante y hasta proclive a todo tipo de debate del mandatario mexicano, lo cual enriquece nuestra democracia, hace patente el régimen de libertades y garantías en el país y, de paso, contribuye a la consolidación de un Estado de derecho, en el que se hace más accesible el manejo de información de primera mano y, por ende, se facilita el combate a subproductos indeseables de las democracias contemporáneas, como la pandemia de desinformación o infodemia.

ricardomonreala@yahoo.com.mx Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA