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La salud mental es un derecho de todas las personas: A-Head project

Dra. Verónica Arredondo*

El 8 de marzo pasado se conmemoró el Día de la Mujer. El Día de la Mujer es un tema político y de salud, o yo así lo quiero ver. Pero me explico. Las mujeres a través del tiempo hemos sido apartadas del desarrollo de la humanidad, a pesar de que hemos cooperado en todo momento. El tema de este texto es que siempre se nos ha visto diferente, se nos ha considerado aparte, y sin embargo, somos el motor de infinidad de sucesos.
Como personas e integrantes de una sociedad, deberíamos de tener las mismas oportunidades que nuestros pares, los hombres, y ello no sucede. Nos encontramos en ese aspecto en desventaja. Obviamente, además de ser injusto es un acto violento, pero me explico.
La mujer además de ser relegada en distintos ámbitos, también es menospreciada y violentada. ¿Se imaginan lo que es ser mujer en el contexto penitenciario o siquiátrico? De por sí, para los hombres que se encuentran presos o encerrados en una institución de salud mental la desventaja respecto quienes se están en la calle en libertad es desproporcional, ¿han pensado en lo que significa lo que es ser mujer en ese contexto? Ojalá que no tengan que vivirlo.
Para desarrollarnos como sociedad, tenemos que considerar que las mujeres valemos tanto como lo hombres. Porque es así. No es una idea mía, es un hecho. Hemos estado en desventaja durante siglos y sin embargo, colaboramos al desarrollo de la sociedad humana, ¿y por qué lo hemos hecho?, o ¿por qué hemos aguantado? La respuesta más simple es porque nos interesan las personas, el desarrollo de la civilización. La respuesta real y compleja sería que no sabíamos que podíamos tener voz y voto. El tema real es que no teníamos presente que las mujeres podíamos participar de la realidad.
El día de la mujer podría darnos la oportunidad de presentar nuestras demandas, demandas que tienen que ser atendidas. El 8 de marzo es una fecha simbólica –para mi el mes de marzo-, un día que tiene que resignificar todos los demás días y tenemos que prestarlo de ese modo. Somos mujeres todos los días y tenemos los derechos de todas las personas que habitan este planeta.
A nivel político, e institucional. existen herramientas que nos pueden ayudar a conseguir equidad en los terrenos sociales, culturales y laborales. Requerimos de legislaciones que nos incluyan; leyes que nos hagan parte del bienestar social del contexto en el que nos encontramos inmersas. Somos más de la mitad de la humanidad que habita este mundo. Y tenemos voz y voto. ¿O no lo vemos así?
Se nos presenta como más vulnerables, como una “cosa” que no impacta en la realidad; como una “cosa” cuando estamos lejos de ser objetos, aunque así nos considera el ente social: cuerpos. Por fortuna hemos despertado, nos hemos hecho conscientes de lo que somos. Un 8 de marzo puede ser cualquier fecha, pero no debemos dejarlo pasar así. Somos mujeres y hay que hacerlo patente. Estamos aquí y somos tan importantes como cualquier otro sujeto de cambio.
Hay caminos, vías, que nos ayudarán a transformar los hechos que acaecen en la realidad. Temas en lo que podemos concentrarnos para tratar de sanar y resanar la forma en la que hemos sido tratadas. A-Head cuenta con una propuesta, que me parece interesante; lo expongo en los siguientes párrafos
A-Head
Existen asociaciones, organizaciones, colectivos, que quieren colaborar para que conservemos la salud mental. La salud mental quizá sea el estado más importante que podemos controlar. Me explico. Es posible que podamos estar bien mentalmente porque es la única dimensión que podemos controlar. Es decir, fuera del individuo, ocurren diversos sucesos que no dependen directamente de él, de ella. Y aunque el estado mental de una mujer no depende únicamente de sí misma, creo que puede progamarse, anticiparse, reflexionarse, para que en la medida de lo posible, una mujer conserve su salud mental. A-Head nos invita a ello, o al menos lo presenta.
A-Head es una organización que, por medio de las actividades artísticas, nos ayuda a incluir a la gente que no repercute en la realidad. A-Head es una compañía artística que colabora a construir comunidad. Emplean diversas técnicas, lo hacen a través de verdaderos profesionales y gente comprometida con la causa. Construyen este universo a través del arte.
Y el arte como sistema, podemos considerar que las actividades artísticas, las disciplinas, son un sistema, es un motor real de cambio, a nivel individual y comunitario, por lo tanto social. Si bien, es la ciencia, el conjunto de conocimientos que lideran y tienen la categoría de impulsores de la verdad, hasta hace pocos siglos siempre se consideró que el arte estaba a su par.
Hay países que incluyen en sus programas públicos actividades artísticas que buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La OMS en 2017 publicó que la depresión afectaba a 300 millones de personas en todo el mundo y que 260 millones más padecían de ansiedad. Por ejemplo, la administración danesa implementó un programa llamado “Kultuvitaminer”, o vitaminas culturales, con el objetivo de atender y ayudar a personas con problemas psicológicos. Para nada es errado que se esté buscando acercar el arte a la salud y la desigualdad entre mujeres y hombres también es un problema público y de salud.
Existe un campo de conocimiento llamado la arteterapia, no quiero ahondar mucho en esto, sin embargo es importante mencionarlo. La arteterapia es un tipo de terapia psicológica que emplea el arte como herramienta de estimulación cognitiva; el arte en general, todas las disciplinas caben en la terapia siempre y cuando sean dirigidas de manera pertinente. Entonces, quizá tengamos a la mano un sistema útil y exitoso que nos auxilie para conseguir un poquito de justicia y equidad entre mujeres y hombres: el arte.

*La autora es profesora-investigadora de la UAZ y directora de Sin Sesgo Consulting S.C., especialista en el área de preferencias, elección social y sistemas electorales.