Divagaciones de la Manzana
De propuestas chocarreras y sueños guajiros
Martha Chapa
La política internacional del gobierno actual, sigue desbrujulada, tan igual a otros ámbitos de su actuación.
Ahora se trata de una propuesta que en apariencia es positiva o benéfica, pero que bien vista resulta inadecuada, y peor aún, dista mucho de ser óptima respecto a las intenciones o propósitos que pretende alcanzar.
La idea expuesta por el presidente López Obrador, de extrapolar su programa de Sembrando Vida a Centroamérica para detener la migración hacia Estados Unidos, es inusitadamente tan elemental y corta de miras, que conforma todo un espejismo.
Adelantó también que tal propuesta se le haría saber a Joe Biden, Presidente de Estados Unidos, en el foro sobre ecología que se celebrará con Jefes de Estado esta semana.
En primer término, habría que decir que lo que se requiere en Centroamérica es un desarrollo económico integral, basado fundamentalmente en la industria, la comercialización y las tecnologías, como lo han hecho otras naciones asiáticas que han alcanzado un desarrollo sorprendente, y no remitiéndolos a meros productores de materias primas, que es lo que idea López Obrador con una visión anacrónica y regresiva, de sembrar arbolitos y vender sus magros beneficios como el gran negocio.
Así también no deja de ser asistencialista, en lugar de favorecer en emprendimiento con base sólidas y de prosperidad mayor, buscando la vocación de cada región, de sus pobladores y recursos disponibles.
Casi resulta risible que lejos de detener la migración, propone que tres años después de estar becados los beneficiarios del programa puedan obtener su visa para regresar a los Estados Unidos, cuando en realidad debería ser un imperativo también para México, el que sus hombres y mujeres tengan esas oportunidades en su tierra misma e impulsen el desarrollo propio.
Por si algo faltara, aquí y allá, se ha interpretado la nueva ocurrencia presidencial, como una intromisión inoportuna en los asuntos del gobierno norteamericano, en cambio de haber convocado a especialistas de los países centroamericanos, de Estados Unidos, México y Canadá, para definir las mejores alternativas de un desarrollo solvente, integral y de bases firmes para el presente y futuro de cada uno de los países participantes, de la región misma de Centro y Norteamérica.
Todo ello, sin contar, la opacidad, despilfarro y fines electoreros, que han reaparecido en Sembrando Vida, en México.
Cómo vemos el Presidente y su Secretario de Relaciones Exteriores, de nueva cuenta se exponen al ridículo, dentro y fuera de nuestras fronteras, con esa propuesta que entraña en todo caso una visión aldeana, simplista y dependiente, muy acorde con el atraso y los rezagos que hoy limitan un desarrollo verdadero y benéfico a los países centroamericanos y a México mismo.
En otras palabras, continua el disparate, la ineptitud y el extravió institucional.
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