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Juramentos y Realidades
Nota Espe_culera
By Syres

Dicen que a veces te conviertes en aquello que juraste destruir, esta frase me vino a la mente tras leer la nota de Alejandro Wong, donde la propia Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción Delegación Zacatecas a través de su dirigente Pascual González denuncia que cuando llegan los partidos políticos prometen de todo y cuando llegan nos cierran la puerta. Durante su reunión señalo la Cámara que son un sector importante para el desarrollo económico del Estado, pero no quieren ser vistos solo como constructores de obras, sino también como consejeros que pueden contribuir a las políticas del estado. Cito textual: La eterna petición que hace el gremio es el piso parejo para la asignación de obra pública. Que no haya constructoras favoritas ni compañías ligadas a los funcionarios. Y que finalmente, el gabinete será un parte primordial en el gobierno que vayan a tener. Este gabinete deberá estar conformado por funcionarios sensibles, de honestidad y capacidad probada, que no sean nefastos.

Dicen que al buen entendedor pocas palabras, pero sí de nefastos hablamos, los Zacatecanos no podemos irnos con la finta del último sexenio. De acuerdo a la Auditoria Superior de la Federación, México en genera tiene problemas en la contratación de obra pública debido a aspectos como la planeación incompleta, insuficiencia técnica, problemáticas económicas y problemas de ejecución.
O sea pues, que no solo la corrupción o el funcionario nefasto son el problema, por lo que ha investigado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) a través del Centro de Investigación en Política Pública, los análisis costo-beneficio que realizan las Secretarias de Obras previo a la construcción no tienen una metodología idónea, pues no avalan la calidad ni el rigor técnico de la evaluación del proyecto. Además los requisitos técnicos que se ponen en las convocatorias son excesivos más bien sus proyectos son complejos. No se le da prioridad a la competencia, pues del estudio elaborado de 23 contratos solo 9 son licitaciones públicas y las demás casi siempre adjudicaciones directas. Y no olvidemos que este proceso involucra a particulares y gobiernos, por lo que estas irregularidades no solo afectan a la administración pública también la credibilidad del constructor. Mientras ambas partes no mejoren la calidad del servicio que prometen, este tipo de situaciones seguirán permeando en cualquier gobierno, pues para que algo mejore ambas partes tienen que analizar como juegan en este juego.