DIVERSIDAD SEXUAL
Por: Isadora Santivañez Ríos
Estamos en el mes en el que se conmemora del orgullo gay y deseo dedicar esta colaboración a todas aquellas personas que en algún momento de sus vidas se han sentido relegadas, desvalorizadas o desechadas por sus preferencias sexuales y que han tenido que lidiar tanto con demonios internos como externos que han forjado en sus vidas una enseñanza única e incalculable.
Porque uno de los mayores aprendizajes que te puede dar la vida es lograr obtener el amor propio, aquel que surge de la valoración y estima que una persona tiene de sí misma y que lamentablemente es ampliamente difícil de conseguir, se necesita mucho trabajo interno, reconsideración y constancia para lograr aceptarte y quererte tal cual eres, independientemente de tus preferencias sexuales, lograr el amor y respeto a ti mismo requiere de una ardua introspectiva y de romper con un sin número de paradigmas y prejuicios, ya que el miedo al qué dirán desaparece en el momento que comprendes que, de todos los juicios a los que nos sometemos a lo largo de nuestra vida, no hay ninguno tan importante como el nuestro.
La comunidad LGTB+ inició su lucha por el respeto a sus derechos humanos desde hace muchas décadas, siendo los llamados disturbios de Stonewall los que marcaron un parteaguas en el antes y después de la conquista de muchas de los logros alcanzados, estos consistieron en una serie de manifestaciones que surgieron de manera espontánea en el año de 1969 contra una redada policial a un bar en donde acudían varios miembros de la comunidad de la ciudad de Nueva York.
Esta fue la primera ocasión en la que la comunidad LGBT+ luchó contra un sistema clasista y represor que de manera hostil generaba acciones en su contra, llegando al grado de penalizar de manera legal el sexo consentido entre adultos del mismo género en el ámbito privado.
Ser homosexual era considerado un crimen por lo que se les podían imponer penas de hasta 5 a 20 años de prisión, también podían ser castrados o enviados a centros psiquiátricos para llevar terapias eméticas, hipnosis, electrochoques o lobotomías para intentar “curarlos”.
Las medidas implementadas por las autoridades de gobierno de los diversos países del mundo eran excluyentes y dañaban la integridad y los derechos humanos de las personas homosexuales, por lo que la lucha por alcanzar una igualdad aún continúa.
Alrededor del mundo comenzaron a surgir una serie de movimientos que buscaban, primero que nada, el respeto a los derechos intrínsecos de las personas, y con el paso del tiempo se han buscado defender varias causas que no han logrado ser alcanzadas y que siguen en las mesas de análisis de los diversos órdenes de gobierno en varios países del mundo.
Estas causas en ocasiones han sido frenadas por prejuicios, por cuestiones ideológicas, por paradigmas religiosos o bien por monomanías sociales; sin embargo, independientemente de si estemos de acuerdo o no con ellas, ya que los debates y argumentaciones son amplios y diferidos y todos deben ser escuchados y tomados en cuenta, es importante entender que el respeto a los derechos humanos de las personas es una garantía sustancial del individuo, independientemente de sus preferencias sexuales.
Por lo que aún en la actualidad, los integrantes de la comunidad LGTB+ buscan eliminar la discriminación que existe hacia el colectivo, pretenden lograr la legalización del matrimonio homosexual, así como contar con la posibilidad jurídica de lograr el establecimiento de familias homoparentales.
Aunado a esto, han buscado lograr el respeto a la identidad sexual de las personas transexuales y eliminar la LGBTfobía, entre muchas otras.
El camino aún es largo y los tiempos serán los que determinarán el desarrollo de los mismos, independientemente de estar de acuerdo o no en que estas luchas deban ser alcanzadas, es necesario ser respetuosos y de manera personal deseo manifestar mi solidaridad por todas las muertes, acusaciones, señalamientos, ofensas, humillaciones y acciones lacerantes por las que han tenido que pasar los miembros de la comunidad en el intento de alcanzar sus derechos, ya que las nuevas generaciones, tenemos claro que luchar por la igualdad no significa buscar que todos seamos iguales, sino respetar nuestras diferencias y garantizar los derechos de las personas en toda su diversidad, porque creemos en un México en donde se respeten todos los derechos, en un México de inclusión, en donde se entienda que amor es amor.