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Divagaciones de la Manzana
Talibanes a la vista
Martha Chapa

Uno bien puede preguntarse si los talibanes que ahora están empoderados dejaron de tener propiamente el poder desde hace décadas.
Tan sólo un antecedente bastaría para suponer qué así lo evidencian los hechos: la presencia infructuosa de tres potencias mundiales como la Unión Soviética, China y ahora Estados Unidos, que concluyeron en derrotas y la lección de que las armas no substituyen la cultura de los pueblos ni suprimen sus creencias y conductas.
Se trata sí de una sociedad ancestral con una religión, ideas. usos y costumbres muy arraigadas que conforman un modelo vertical, cerrado, autoritario y controlador, es decir, un sistema contrario a los derechos humanos y la democracia, que predominantemente propone Occidente.
La más reciente evidencia fue la retirada Estados Unidos y la reacción instantánea de los talibanes para la toma del poder territorial en unos cuantos días.
La desconfianza entonces prevalece porque todo apunta a que irán imponiendo con esa misma rapidez sus prácticas fundamentalistas y discriminatorias, que lo mismo se vinculan a la reducción de libertades, de pensamiento y expresión como a la imposición o reducción de la vida social, económica educativa y hasta sentimental contra las mujeres, sometidas a cómo vestirse, actuar y autocontenerse.
Otra preocupación, tiene que ver con la paz mundial en términos de sí ellos reabrirán espacios al terrorismo nacional e internacional, solapando acometidas cobardes y criminales que pueden derivar en confrontaciones mayores con atentados, guerras y multiplicación de pérdida de vidas.
El gobierno de Estados Unidos erró pues en materia de inteligencia política al igual que en la logística e instrumentación de la retirada, que debió haber sido con una gradualidad minuciosa y experimental a fin de ir induciendo una transición con mayor orden, estabilidad y riesgos menores. Equivocación que lamentablemente, —además de los perjuicios que están a la vista de un caótico tránsito humano por la migración desesperada de miles de personas de la más diversa condición social, aterrados por la presunción o certeza de la intransigencia y venganza inminentes— ha sido usada ya contra el presidente Joe Biden, por el oportunismo de Trump, no obstante haber sido él quien empezó a cimentar la retirada norteamericana en esas latitudes.
Por nuestra parte, México ha respondido adecuadamente ofreciendo y brindando asilo a quienes quieren dejar ese país, a través de los buenos oficios de nuestra embajada concurrente con sede en Irán.
En todo caso, con la misma prontitud como los talibanes se apoderaron del mando, veremos si se replican esas nefastas prácticas del pasado o bien una nueva generación de ellos, muestra algo de moderación y un poco más de respeto a las ideas y creencias diversas. Por lo pronto, hay escepticismo, desconfianza y temor.

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