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Divagaciones de la Manzana
Ningún Edén nos trae Adán
Martha Chapa

A mitad de su gobierno, el presidente López Obrador mueve ahora a Olga Sánchez Cordero, quién venía ocupando desde los inicios de la administración la Secretaria de Gobernación.
En varias ocasiones, se llegó a vaticinar la caída de ella, que aunque es la primera mujer en ocupar ese cargo, sus resultados son magros. De hecho, siempre estuvieron mermadas sus funciones y más aún, debido a que las decisiones políticas se mantienen centralizadas en el propio presidente. Un desempeño, por tanto, marcado por la medianía, al igual que la Subsecretaría de Derechos Humanos y las direcciones generales del ramo.
Ahora, el nombramiento de Adán Augusto López, al frente de esa dependencia, generó de entrada varias reacciones dentro y fuera del gabinete mismo. Por una parte, todo parece indicar que habrá un endurecimiento político para sacar adelante iniciativas y cambios tan anunciados como fallidos y frustrados en el ámbito legislativo y judicial. Endurecimiento que puede acentuarse, contra los medios de comunicación y en general frente a críticos y adversarios del régimen, que parecen tener su lógica por los obscuros antecedentes de López Hernández y su actuación en el gobierno en Tabasco.
Por igual, vendrá a distender la presión creciente que se ha producido en torno de las dos candidaturas más visibles para la sucesión presidencial, tanto en por lo que toca a Claudia Sheinbaum, como al por el momento más debilitado, Marcelo Ebrard.
El político tabasqueño recién llegado al palacio de Cobián, puede ser nutrido por el presidente López Obrador para convertirse pronto en una supuesta real alternativa y empezar a rivalizar con su propia candidatura presidencial, que de concretarse en el 2024 sería finalmente lo que llamamos el “tapado destapado” recordándonos al expresidente Luis Echeverría que extrajo casi de la nada institucional a su cuate López Portillo para lanzarlo tiempo después a la propia Presidencia de la República. En ese mismo sentido, quizá López Obrador pretendería copiar al Grupo Atlacomulco y formar un sólido equipo político de todas sus confianzas que cumpliría con las ensoñaciones gubernamentales, bajo la denominación del Grupo Macuspana. Muestras tanto, será quien transmita en valor entendido lo que quiere y ordena el presidente.
Con su llegada, se fragmenta todavía más el partido de Morena, pues afloran ya resentimientos de quienes aspiraban a ese cargo y fueron desechados, como es el caso de quien presidia el Senado, Ricardo Monsreal o bien el Subsecretario Alejandro Encinas y Zoé Robledo, Director del Seguro Social, así como al menos un par de mujeres que se habían candidateado. Igual, en el caso del Senado, aunque se mantendrán aparentemente su institucionalidad, los malos tratos desde la presidencia, a varias senadoras quien como se les había prometido tendrían una elección transparente y democrática para decidir quien encabezaría por parte de Morena la Cámara Alta. El nombramiento vertical de Sánchez Cordero, cortó de tajo groseramente sus legítimas aspiraciones.
Y así, los gobernadores de oposición que no le tendrán del todo consideración y respeto a quien vieron como un oponente más cuándo estaba al frente de Tabasco, y algo similar ocurrirá con los gobernadores de su partido que lo miraba como uno de sus iguales.
Y qué decir del descarado nepotismo que se acentúa en la élite e igualmente se revertirá contra al gobierno de López Obrador.
En mayor o menor grado, no dejarán de aparecer una serie de consecuencias políticas, y de otras qué van a suscitarse con mayor intensidad frente al desencanto creciente de la sociedad mexicana por la falta de resultados, el incumplimiento de promesas, y la cada vez más desastrosa situación que prevalece en el país en prácticamente todos los rubros de la vida nacional.
http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/