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La Casa de los Perros:
¿Y dónde está el gobernador?
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

En su discurso de toma de protesta, David Monreal Ávila dijo claro y fuerte: “Mi mejor sueño, ojalá, Dios lo permita, es ser el mejor gobernador que ha tenido Zacatecas”.

Y sí, todos en Zacatecas se emocionaron mucho, bueno, al menos sus fieles seguidores. Esta era la tercera, la vencida. La ya llegamos a transformar. ¡Yupi!

Pero ese sueño de nuestro nuevo inquilino de La Casa de los Perros pareciera, a sólo 10 días de nueva gobernanza, una pesadilla que se alivia con giras de trabajo en donde la prioridad es inaugurar un pozo y canchas deportivas. Y nada más.

Si Zacatecas agoniza, si Zacatecas está en quiebra, si Zacatecas no tiene dinero porque ha sido olvidado por el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador, lo que menos se espera es ver a David Monreal encabezando las gestiones, haciendo antesalas, tocando las puertas que se deban tocar y no comiendo tamales.

Los zacatecanos quieren ver a un gobernador activo, empoderado, trabajador, luchón. Un mandatario que asuma su responsabilidad con gallardía. No alguien que llega tarde hasta a sus propios enlaces en redes sociales.

No solo los hueseros que acompañaron a David Monreal en su última campaña, sino los que le dieron su voto, y todos los demás habitantes del estado que, si bien no votaron por él sí esperaban que la democracia trajera consigo un arranque fuerte, poderoso, con autoridad, con horror ven que ni siquiera hay un gabinete completo.

Escuchar a un gobernador dedicado, al fiel estilo de López Obrador, a culpar a los de antes de todos los males, sin que haya una sola denuncia presentada en contra de los que “saquearon y hoy se hacen de la boca chiquita”, eludiendo sus verdaderas responsabilidades tiene aterrorizados a los zacatecanos.

En campaña, David Monreal, lo reconocen quienes le acompañaron en las mesas temáticas de trabajo, sabía perfectamente la situación de Zacatecas. Eso no es ninguna sorpresa. Pero prefirieron dedicarse a buscar cocodrilos, cuidar lápices y hacerla de paparazzi antes que armar un vigoroso equipo de gobierno que pueda resolver, de verdad, el terrible problema de la inseguridad para dejar de contar muertos todos los días.

Se prometió que durante los primeros cien días de gobierno arrancaría un pujante programa de rehabilitación de carreteras jamás visto en el mundo mundial, pero ni siquiera hay un secretario de Obras Públicas que ponga orden e inicie con el trabajo.

Los jubilados y pensionados son otro sector que está a la espera de que se les pague lo que les deben, pero si no hay un director en el Issstezac que, como bien lo dijo la diputada Gabriela Basurto, firme los cheques que los bancos puedan reconocer como válidos, los pretextos de lo que se tiene del Gobierno del Estado resultan ilógicos y cansones.

Si no fuera por la solidaridad de los zacatecanos que se volcaron a los centros de acopio a llevar cobijas, comida, ropa y demás artículos para los habitantes en desgracia de Genaro Codina y Cuauhtémoc, la esposa del gobernador no hubiera podido tomarse la foto entregando apoyos, barriendo y haciendo de comer, porque tampoco hay un titular en Protección Civil ni un Fondo de Desastres que sea la esperanza de que, algún día, puedan llegar recursos para la reconstrucción, esto último cortesía de la 4T, de los diputados y senadores que hoy se desgarran las vestiduras por Zacatecas y su líder López Obrador.

En Nuevo León, el gobernador Samuel García, desde antes de rendir protesta, ya encabezaba caravanas de trabajadores a la frontera para ser vacunados. Hoy ya están inmunizando contra el coronavirus a los menores de 18 años. Aquí, al igual que en el tema de la inseguridad, seguimos contando muertos, nuevos contagios y recuperados sin saber si el nuevo titular Uswaldo Pinedo Barrios, o la hermana del gobernador, ya tienen una estrategia para enfrentar la pandemia.

En este atropellado arranque de gobierno vemos también cómo los diputados locales se dedican a golpearse por debajo de la mesa por aprobar o no un Punto de Acuerdo que no sirve para la maldita la cosa. O alguien duda, a estas alturas, que esos discursos que se avientan los legisladores desde la Máxima Tribuna del Estado son meros llamados a misa que nadie atiende.

Y además hacen su aparición senadores como Soledad Luévano Cantú, José Narro Céspedes y Ricardo Monreal Ávila, exigiendo recursos para pagar a los maestros y un mejor Presupuesto para Zacatecas cuando, nadie lo olvida, fueron ellos los que votaron a favor de la desaparición del Fondo Minero y del Programa 3×1.

De hecho, hoy se recuerda bien, fue el mismo exgobernador quien, en plan quedabién y con las manos en la cintura, regaló 90 días de aguinaldo a los maestros, lo que ha impedido que la nómina magisterial se pueda armonizar con la Federación y dejar así de estirar la mano cada quincena.

Pero alégrense todos, ya hay titular en la Secretaría de la Mujer y directora del Incufidez, aunque para resolver los problemas de la política interna, el primer piso de La Casa de los Perros siga sin ser ocupado, y el inquilino principal siga sin concluir la mudanza y, mucho menos, sin ocupar el lugar por el que tanto luchó.

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes