Skip to main content

Mayela Pulido
Buscando Rostros

En cada rostro que vemos se refleja su vida, su momento, su situación, su sentir…
Que te trasmite al ver su mirada? Su expresión?
En estos tiempos tan difíciles que estamos viendo, llenos de temor por una pandemia que se apodera de nuestro miedo, de ese terrible miedo de tener ese virus que puede matarte en poco tiempo, o quedar a salvo pero que te deje secuelas que te impida seguir con la vida que tenías…
O de una inseguridad donde se nos está haciendo parte cotidiana de nuestra vida y pareciera que nos estamos acostumbrando a ella y con esa importancia de no poder hacer algo para que termine…
En este andar por mi vida, tantos y tantos rostros en los cuales nunca me había puesto a pensar que es lo trasmiten o reflejan! Créanme que he visto de todo, pero en estos dos últimos años, hay más rostros tristes, preocupados, angustiados, con dolor, desesperación, miedos etcétera!
Los rostros con alegría, esperanza, ánimo etcétera, están más escasos.
Pues simplemente, todos traemos una mascarilla que nos cubre la mitad de nuestro rostro, y lo que podemos ver de nuestros semejantes es su mirada es ver el reflejo de él mismo.
Ahora me pregunto, donde está el rostro de Dios que tanto buscamos?
El rostro de Dios no solo lo encontramos en las iglesias, lo encontramos en todos los lugares, te has encontrado en algún lugar fuera de la iglesia?
Tal vez a diario lo has visto y no te das cuenta, pero en los niños que están en la calle, no solo pidiendo ayuda, también junto a sus padres que trabajan en ella para ganarse el sustento, en una madre con un dolor inmenso por un hijo enfermo, en la depresión de salir de esta situación, en tantas personas que no tienen un techo donde descansar y cubrirse de las inclemencias del tiempo y están bajo un puente, en quien no tiene un trabajo para vivir dignamente, son innumerables los rostros donde esta Dios!
Hagamos un repaso de nuestra vida y veamos rostros, y encontremos a Dios en cada uno, aunque traigan la mascarilla, envía una sonrisa con los ojos, ellos son las ventanas de nuestra alma.
Hay muchos pacientes que aunque no vean el rostro de su donante, ven a Dios con esa bondad de ellos que deciden decir si, un si en el cual ayudar sin saber a quien!
Si Dios te pusiera en el lugar indicado para ayudar a alguien que sufre, hazlo, tal vez tu familia no conocerá el rostro de quien ayudaste, pero tú si verás el rostro de Dios por lo que hiciste, por lo que diste, por salvar no solo a una persona, salvaste a muchas más, salvaste a sus familias, porque ese acto de amor y bondad, no pasara por alto porque dejaste un brillo en la tierra y brillaras por siempre en el cielo… gracias por tu si, gracias por tu amor, tu bondad, gracias por ver el rostro de Dios en quien necesita de ti para vivir!
Gracias por tu grandeza… serás donación!
Ver el rostro de Dios… es ver el rostro de los demás!!
Soy orgullosa donante de órganos…
Y tú?