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Zacatecas 2022: Debemos, URGE hacer comunidad
Por la Dra. Verónica Arredondo

Comenzamos 2022 con un panorama complicado. Y la introducción de esta colaboración parece ya trillada. La pandemia aún no ceja y los pronósticos son reservados, porque seguimos sin saber cómo manejar la emergencia tanto a nivel local, nacional, como internacional. Nuestra endeble economía a veces parece levantar cabeza, para luego desmoronarse de nuevo. Aunado a esto, la violencia en nuestro estado se incrementa a niveles que no nos imaginamos.

Apenas han transcurrido los primeros días de enero y nos encontramos con un hecho que fue noticia a nivel internacional. No es necesario redundar y explicar lo ocurrido el 6 de enero en Plaza de Armas, sin embargo resulta alarmante entender que la delincuencia goza del descaro, porque tiene la posibilidad, de pararse frente a la representación del gobierno de Zacatecas, tocar la puerta y dejar un mensaje, recado, burla, regalo. Y que la realidad siga ocurriendo como si nada hubiese pasado.

Debemos reconocer que nos enfrentamos a la descomposición social, que este fenómeno es uno de los pilares de la criminalidad, que aprovecha el entorno para magnificarse y llevar a la práctica conductas arraigadas en la sociedad para emerger y encontrar fuentes de oportunidades ilícitas que dictarán los quehaceres de cómo se conformarán las dinámicas en una localidad.

Aunque nos duela reconocerlo, vivimos en medio de la criminalidad, y es ésta quien dicta las interrelaciones que nos llevan a construir el relato que hemos estado viviendo. La narrativa presente en el estado de Zacatecas indica que padecemos de los fraudulento y progresamos con base en la corrupción; y que el Estado es incapaz de transformar la forma que en se edifican las instituciones y la sociedad, entonces, ¿qué podemos hacer nosotros para cambiar el contexto?

En primer lugar, ya lo hemos hecho. Elegimos a un gobierno que nos convenció, con base en su plataforma, de que trabajaría para que la estructura social se fortaleciera y que las instituciones funcionarían de acuerdo a las tareas que tenían encomendadas, es decir, que habría en efecto, un movimiento de reconstrucción para que la ciudadanía se viera beneficiada y pudiera vivir una época de prosperidad y desarrollo. Sabemos que es pronto para ver esos resultados, pero no por ello, debemos de seguir esperando. El gobierno debe asumir ya el problema, con soluciones de corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, no puede responsabilizarse por todo, como individuos, ciudadanos, sociedad civil organizada, nos toca jugar nuestra parte.

De acuerdo con cifras gubernamentales, a partir de la implementación del Plan de Apoyo, noviembre de 2021, se tiene registrado un decremento del 45 por ciento respecto a homicidios vinculados al crimen organizado. Sin embargo, todos los días, diversos medios registran lo contrario. Es común enterarnos a través de portales afincados en redes sociales, de hechos violentos vinculados al crimen, casi en tiempo real. Si eso no fuera suficiente, las estadísticas que podemos encontrar en el INEGI, nos dicen que año con año, los asesinatos criminales crecen exponencialmente duplicándose de un año con respecto al anterior. Entonces sería muy difícil, por no decir imposible, confiar en el decremento que declaran las autoridades; matemática y estadísticamente hablando, no puede ocurrir, como ellos dicen.

Hace no tanto escribí sobre un suceso fatídico donde uno de mis hermanos perdió la vida a mano del crimen organizado, no voy a recordar aquí textualmente el hecho, pero quiero dejar claro que lo que pasó ese día, pasa todos los días en Zacatecas. Y reclamamos al poder ejecutivo estatal, y al legislativo y al judicial, que respondan por la violencia en que nos encontramos inmersos, pero también podemos y debemos construir las bases desde ahora, para que en un futuro no tengamos que sufrir por ello.

El gobierno debe que jugar su parte, pero a la vez cada estamento de la sociedad tiene que participar para cambiar las reglas del presente que nos impide desarrollarnos y crecer.

Sí existe la descomposición social, tenemos una estructura social que se fundamenta en la corrupción, vivimos en el contexto de una economía que impide la generación de empleos y que expulsa a sus ciudadanos a desarrollarse en otros estados del país y los EEUU; a otros, que tienen menos oportunidades aun, los orilla a enrolarse en cárteles y bandas delictivas. Esa es nuestra realidad y no la podemos negar ni ponernos vendas en los ojos. Es una realidad que ni el estado ni la iniciativa privada ni las inversiones trasnacional generan los empleos que requerimos, y los empleos que tenemos, salvo pocos, están mal remunerados.

Pero la descomposición social no se delimita a la carencia de empleos. Nuestra cultura zacatecana, machista, conservadora, todofóbica, nos impide crecer y darnos cuenta que tenemos que reformular el pensamiento y nuestras acciones. Las estadísticas muestran que la tasa de feminicidios aumento considerablemente de 2020 a 2021, en un 42 por ciento considerando los primeros nueve meses de cada año. Al abuso sexual, durante el mismo periodo, aumentó en un 32 por ciento. Si continúa la misma tendencia al alza, 2022 no presentará mejores resultados, máxime cuando los primeros días de este año han estado rebasados de delincuencia y violencia.

¿Y qué podemos hacer como ciudadanía?

Tenemos que entender que la pandemia no ha pasado, que el coronavirus sigue presente, y que ninguna medida está de más. Día con día del presente año, nos enteramos que las cifras de contagiados aumentan y se imponen nuevos récords alrededor del mundo. Es decir, que al contrario de lo que suponíamos, el día de hoy hay más contagios que hace uno o dos años. Si bien las diferentes vacunas han cumplido su función de hacer el coronavirus menos mortal, eso no quiere decir que haya dejado de ser peligroso. Si logramos entender y organizarnos alrededor de ese problema en específico, podríamos enfrentar los demás problemas con los que vivimos y viviremos. Si tú, lector(a), entiendes nos debemos de tomar en serio este hecho y acatar las medidas necesarias y no pensar que el gobierno tiene que solucionar todo, entonces habremos dado un gran paso.

Como ciudadanos, como personas integrantes de nuestras comunidades y sociedad, debemos responsabilizarnos por nuestras acciones y pensamientos. Es necesario que comprendamos que nuestro papel como agentes sociales es tan importante como si fuéramos funcionarios de alto rango. Debemos hacer que nuestros representantes rindan cuentas, para eso los elegimos, pero también debemos entender que hay normas y reglas que nos guían dentro de la civilidad.

No queremos que los grupos delincuenciales tomen nuestras comunidades, ni que rija la ley del más fuerte. Queremos vivir en una sociedad que nos permita crecer, desarrollarnos, alcanzar la felicidad. Queremos que nuestros hijos(as) vivan mejor que nosotros y que la sociedad zacatecana prospere. Queremos que el gobierno responda como debe de responder y no solo gobierne para acceder a futuros cargos. Nosotros, nosotras, nos comprometemos a construir un mejor futuro, lo sé porque soy zacatecana y conozco a mis paisanos y paisanas, que somo gente trabajadora y comprometida. Queremos celebrar todos los días una vida más plena y sana, porque vivimos en una democracia, que hemos estado celebrando y construyendo desde hace muchos años, y no estamos dispuesto a perder nuestro Zacatecas.