Entre la gentileza y la mala educación.
Empecemos por dejar claro el significado de gentileza. Esta es un gesto de amabilidad y buenas maneras hacia las personas. Es una virtud positiva en nuestras relaciones personales y en el día a día. ¿Y la gentileza es innata o se entrena? Cualquier persona puede adquirir mayor amabilidad a través de la experiencia práctica, al educar su propio ego, entendiendo que en ciertos momentos es recomendable dar prioridad a las necesidades del otro. Viene de la educación en casa y de los valores inculcados, valores, que se ha estado perdiendo a través del tiempo por una cultura del “valemadrismo”, de las actitudes engreídas, cero empatía, sentirse más que otros, “andar en perra”, y un largo cúmulo de actitudes nada proactivas. Si fuera lo contario, otro gallo nos cantaba. Desechemos esas actitudes que al final, no nos dejan nada bueno ni agregan valor a nuestra existencia, al contario, te demeritan.
Brinquemos ahora al contexto profesional, la gentileza con los compañeros o con los clientes implica comprender que más allá del estado de ánimo personal, los demás no son responsables si tienes un mal día, por tanto, ese estado de ánimo no debe ser una excusa para descuidar los buenos modales. El trato correcto y respetuoso con los demás, refleja nuestra alma y mente, y esto va ligado con la inteligencia emocional y en la forma en que percibimos la vida.
¿Y qué hay de esas dos palabras mágicas, “Por favor Y Gracias”?
La educación recibida en la infancia por parte de los padres y los profesores es muy importante para inculcar la cortesía como un valor. Por ejemplo, los padres enseñan a los hijos a pedir las cosas por favor y a dar las gracias. Estas dos palabras, gracias y por favor, son dos de los símbolos por excelencia de gentileza.
La gentileza y la educación no están peleadas con la edad o, profesión o estrato social, practícala donde quiera que vayas, eso habla bien de ti y das una imagen cálida y de responsabilidad con tu entorno y contigo mismo.
Dar las gracias representa que aprecias y das valor a la acción que te fue concedida a favor tuyo, y eso, suma calidad humana. Si los demás no saben o no quieren ser gentiles, lo verán reflejado en sus relaciones personales y créeme que no serán favorables para su vida.
No lo olvides.
Adriana Bujdud Nassar
Consejera de Imagen y Coach Personal
