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11 de febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Por la Dra. Verónica Arredondo

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, hecho que fue proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para que mujeres y niñas puedan acceder a oportunidades donde su conocimiento, talento e interés por las ciencias sean potenciados en sus naciones por medio programas educativos donde ellas sean contempladas, apoyadas e impulsadas.

Podemos concebir al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia como una acción afirmativa que permite emparejar a niñas y mujeres con sus pares niños y hombres respecto a las opciones que estos han tenido a lo largo de la historia humana para desenvolverse en el terreno científico.

Actualmente, y de acuerdo con cifras y estadísticas de la Dirección General de Comunicación Social (DGCS) de la UNAM, basadas en el padrón del Sistema Nacional de Investigadores, la presencia de mujeres en áreas de ciencia y tecnología representa el 37 por ciento de dicho documento. A nivel internacional el fenómeno se replica, con un 33 por ciento de científicas en todas las áreas.

¿Qué nos indican estas cifras? La lectura más sencilla que nos dice la estadística es que aunque la mitad de la población mundial corresponde a las mujeres, esto no se ve reflejado en los campos científicos. ¿Por qué? Diversos factores se conjugan para explicar el fenómeno.

Históricamente, las mujeres han tenido menos oportunidades para acceder a ser científicas. Razones sociales, culturales, políticas, religiosas y económicas, apuntalan las diferencias de trato que nuestras sociedades han tenido hacia hombres y mujeres.

Bastaría con recorrer los libros de historia para percatarnos de lo sobresalientes que han resultado los hombres como gobernantes, atletas, guerreros, comerciantes y científicos en nuestro relato humano. ¿Y por qué hay tan pocas mujeres en ese relato? Porque nunca hemos sido justos en las oportunidades.

¿Pero continuar con la injusticia realmente es redituable, rentable, conveniente, para el desarrollo de las sociedades? No lo creo. Más allá de lo injusto que resulta el fenómeno, es hasta una necedad que se le niegue el acceso a la ciencia a las mujeres.

Expongamos el caso de que exista una niña con altas aptitudes para la estadística, la economía, los modelos matemáticos, y que esa niña crezca lejos de la ciencia porque el entorno donde ha crecido le negó la oportunidad de explorar sus habilidades y desarrollar el conocimiento. Quizá su localidad, su estado, su país, se pudo haber perdido de tener una excelente exponente científica en ese terreno; quizá descubrimientos que ella pudo haber logrado no se puedan conseguir en décadas. Ahora pongamos que esa niña tuvo alicientes y oportunidades, el resultado es que la sociedad donde haya crecido, tiene ahora la oportunidad de desarrollarse de un mejor modo.

No lo sabemos con certeza, pero de algún modo, es posible que existan varias Matilde Montoya en nuestro entorno, y que simplemente, lo estemos ignorando. Matilde Montoya fue la primera médica mexicana. Matilde solo pudo titularse de médica por medio de un decreto presidencial en 1887, pero antes tuvo que pasar infinidad de obstáculos.

Helia Bravo Hollis, se convirtió en 1927 en la primera bióloga titulada. Helia se especializó en el estudio de las cactáceas mexicanas. Hoy en día existen 6 especies y una subespecie de cactus que llean su nombre.

En una anterior entrega, enumeraba a algunas atletas mexicanas que han servido de inspiración para que miles de niñas del país se dediquen a practicar alguna disciplina deportiva. Lo mismo ocurre con la ciencia, en dos direcciones. La primera es que aunque encontráramos algunas decenas de científicas mexicanas que desarrollaron y/o desarrollan alguna rama científica, no existe parangón en comparación con los hombres. La segunda es que a pesar de ello, solo con conocer sus nombres, posiblemente inspiren a miles de niñas a dedicarse a alguna ciencia.

El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es una fecha para reflexionar sobre lo que estamos haciendo como país y sociedad para que las mujeres y niñas puedan de verdad optar por estudiar alguna rama científica, si así lo desean. Porque los desafíos que estamos enfrentando actualmente lo imperan. No podemos desperdiciar el talento que hay en México y en Zacatecas, y no podemos seguir viviendo en medio de las injusticias.

Es inconcebible que actualmente la brecha de género con la que vivimos actualmente, nos lleve a perder el talento, desaprovechar nuevos descubrimientos, y vivir con años de retraso respecto a lo que podríamos estar avanzando en diversos terrenos científicos.

En 2014 Maryam Mirzakhani se convirtió en la primer mujer ganadora de la Medalla Fields, el premio más prestigioso en Matemáticas. Maryam es una especialista en el estudio de la dinámica y geometría de soluciones complejas. Las soluciones complejas tienen decenas de aplicaciones tanto en la vida cotidiana como en el desarrollo de la tecnología. Si traigo a colación a Maryam es porque, las matemáticas, es la rama científica donde yo me desarrollo, de lo que me siento orgullosa, como me siento orgullosa de todas las mujeres matemáticas del mundo.

Creo que por ahí podría ir nuestra táctica y estrategia, nuestro plan, ofrecerles a las niñas el chance de acercarse a la ciencia. Mostrarles que las ciencias, como otras disciplinas, con ramas del conocimiento que ellas pueden aprender, donde se pueden desarrollar, y que contarán con todo el apoyo de las familias, las academias, la sociedad, el país, para ello, si es que se encuentran convencidas.

¿Y entonces, qué hace falta? Falta que, primero, estemos convencidos de que lo queremos, de que queremos que las niñas y mujeres tengan estas oportunidades. Somos un país conservador, que poco a poco va optando por otorgar libertades, pero que todavía mantiene usos y costumbres que impiden que las mujeres se desarrollen como ciudadanas, profesionistas, científicas.

No solo necesitamos, y exigimos, mujeres en los altos mandos de las empresas o como gobernantes. No nos debemos conformar con que participemos en los deportes y artes. Necesitamos mujeres en las diferentes ramas científicas. Queremos que se abran todas las puertas y ventanas, que tengamos al menos la opción de decidir lo que de verdad deseamos. Pero además, requerimos de la infraestructura que se necesita para que nos dediquemos a ello.

En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, pensemos que hay que dar otro empujoncito para que las niñas y mujeres de este país, de Zacatecas, miren hacia la ciencia y encuentren que pueden convertirse en matemáticas, biólogas, físicas, que lo pueden hacer con seguridad, y que siempre tendrán el apoyo de todas nosotras y todos nosotros.