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México, tierra de nadie.

Adriana Bujdud Nassar
Consejera de Imagen Pública

No hay día en que este país no nos duela. Parecemos un pueblo hecho de salvajes sin raciocinio y mucho menos empatía ni respeto.
Lo sucedido el fin de semana en el estadio Corregidora de futbol de la ciudad de Querétaro, nos deja muy en claro la clase de ciudadanos que somos, en donde no hay un ápice de educación, respeto, educación y ya no digamos, humanidad. La polarización está más fuerte que nunca, siempre hemos sido un país dividido, pero en épocas recientes, se ha acentuado dicho comportamiento en el día a día, en donde vemos violencia física y verbal como si ya fuera algo habitual en nuestra sociedad (que así parece). Gran cantidad de noticias, fotos y videos circulan por la red mostrando los sucedido ese día y solo nos deja muy claro la barbarie que vivimos, en total impunidad y sin castigo alguno a los agresores o infractores.
Ninguna sociedad, ningún pueblo debería vivir tales sucesos en donde no cabe la prudencia ni la sensatez, no es justo ni normal. Debemos atender los temas sociales que nos aquejan desde tiempos inmemorables y los cuales nos han llevado a lo que somos ahora: una sociedad rota, fracturada.
La poca o nula educación de casa al igual que las fallas en el sistema de educación del país, nos han llevado a estas situaciones ya de manera recurrente, en donde no se fomentan los valores ni el entendimiento de cómo vivir en conjunto, de que todos podemos tener mejores oportunidades de vida si ponemos de nuestra parte y trabajamos de manera personal en nuestra inteligencia emocional y en el enriquecimiento de nuestro intelecto. La educación y la lectura es un gran y perfecto vehículo de desarrollo humano , no solo en los académico, y también en lo moral y anímico. Hay que voltear a ver el tema de igual forma, de la salud mental de los mexicanos, la cual se ha visto afectada por situaciones de violencia doméstica, pobreza, falta de oportunidades en su entorno, malos gobiernos y administraciones gubernamentales. La realidad nos está abofeteando duramente y eso, eso duele mucho.
Somos un pueblo que siempre resurge y aguerrido, cálido y generoso en recursos naturales, hay talentos en todos los ámbitos. No es culpa del futbol, es un deporte y se supone que es para esparcimiento familiar y que dichos espectáculos sean llevados con tranquilidad y beneplácito de los aficionados, no que se convierta en un coliseo en donde los bárbaros van a matarse y a herirse.
Fomentemos como sociedad, desde nuestro ámbito laboral y personal los buenos hábitos a nuestros niños, empecemos por nosotros poniendo en práctica lo que lleguemos a predicar. Las buenas acciones permean y dan resultados.
Dejemos de fomentar la violencia, y verlo como algo habitual, eso nos va deshumanizando de a poco. No se arreglará de un día para otro, serán años de cambios y lucha en la que todos podríamos involucrarnos y ayudar a hacwr un México más fuerte y homogéneo.
Una sociedad educada, informada y preparada con inteligencia emocional, es una sociedad próspera y pacífica.