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EL DILEMA DE MONREAL

Por: Arturo Nahle García

Conocí a Ricardo Monreal hace 38 años, desde el primer día descubrí en él a un hombre inteligente, sencillo, con vocación y metas muy definidas. En su primer ingreso al Congreso me sorprendió su buena oratoria y en el 98 su arrojo, jugar en esos tiempos contra el PRI era como jugar con Sansón a las patadas.
Ya como Gobernador le conocí su impresionante capacidad de trabajo, un día podía terminar la jornada en la madrugada y a las siete de la mañana del día siguiente estar tomando clases de inglés o supervisando obras públicas. Hacía política en Zacatecas y simultáneamente en Tlaxcala, Nayarit o Baja California Sur; pero su sucesión no le salió como él quería, López Obrador le torció el brazo para que dejara pasar a Amalia García, obviamente con Amalia le fue bastante mal, pero con Andrés Manuel bastante bien.
En los últimos 18 años, sin despeinarse, ha sido Diputado Federal, Delegado en la Cuauhtémoc y dos veces Senador. Por si fuera poco, el propio López Obrador le ha dado manga ancha en Zacatecas para impulsar a sus cuadros y a su familia en diferentes cargos de elección popular.
¿En qué momento se descompuso su relación con el Presidente? ¿En el 2018 cuándo públicamente lo presionó, sin éxito, para que lo hiciera Jefe de Gobierno de la Ciudad de México? No, todo indica que el rompimiento se dio el año pasado cuando junto con Pedro Haces creó el Partido Fuerza por México quitándole cuadros y votos a Morena, fundamentalmente en su bastión, la Ciudad de México.
Su sospechosa cercanía con otros partidos, frecuentes declaraciones poco afortunadas y su innecesario pleito con el Gobernador de Veracruz, han encolerizado tanto al Presidente como al ala dura y mayoritaria de Morena, por eso la clara decisión de dejarlo fuera de la sucesión.
¿Qué va a hacer Ricardo? ¿Insistir dentro de Morena en una candidatura que está visto no le darán? ¿o buscarla por otro partido?
Si decide insistir lo más que puede lograr es que la selección de la candidata sea a través de un proceso “democrático”, obviamente las estructuras de Morena lo harían pedazos. Jugarla por un partido chico es suicidarse. Así las cosas, yo creo que como lo ha venido haciendo desde hace dos décadas, terminará reconciliándose y negociando con su “amigo”, puede regresar a Zacatecas a apoyar al partido que fundó, al Gobernador y a su Estado.
*Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Zacatecas