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Valores.
Por: Jenny González Arenas.

Los valores son principios o cualidades que tienen las personas y que se van formando a través del tiempo y del entorno en el que nos desarrollamos. No se trata de ponernos moralistas, ni mucho menos, pero si de hacer una pequeña reflexión en torno a lo que está sucediendo en nuestro país y nuestra entidad en estos momentos.
Vivimos tiempos violentos, pero también coyunturales que pueden ser importantes para recuperar mucho de lo que hemos perdido. En Zacatecas hemos perdido la tranquilidad, la seguridad, la paz y la credibilidad en las instituciones y todo eso ha sucedido porque figuras políticas se han apropiado de instancias que tendrían que ser ciudadanas y se ha desplazado a muchos actores sociales a vivir en el activismo pero sin incidencia directa en las políticas públicas.
El ser humano es, por naturaleza, político; tenemos que vivir en sociedad y organizarnos para que la convivencia sea armónica, hemos aprendido a desarrollar un conjunto de principios y valores que rigen esa convivencia y que permiten que la evolución humana, sin embargo, nos encontramos en un momento en el que esos valores y esos principios están siendo fuertemente cuestionados, porque no han sido suficientes para conservar el orden social.
La pregunta es ¿los valores que algunas vez consolidaron a la sociedad ahora la están separando? O ¿es la falta de esos valores la que ha provocado la descomposición del tejido social?
Podemos iniciar un gran debate sobre el tema y tengan por seguro que habrá muchísimas respuestas, incluso muchísimas más preguntas que surjan de las interrogantes anteriores, pero ninguna de esas respuestas será la verdad absoluta así como tampoco las respuestas serán falsas, porque en menor o mayor medida, todo lo que se opine al respecto tendrá algo de razón.
La descomposición del tejido social tiene que ver con la falta de valores o con el cambio de paradigma en los valores sociales establecidos con anterioridad. Implica una transformación social para la que no estábamos preparados, pero no todos los cambios necesariamente son para bien, el cambio de valores ha provocado individualismo, indiferencia y apatía, estos son los nuevos valores implantados en el tejido social que han ido provocando su ruptura. Lejos hemos quedado de la solidaridad, el compañerismo, la empatía que fomentaban la cohesión social y con ello una lucha conjunta por el bien común, dejando de lado los intereses individuales.
En estos momentos debemos reflexionar sobre lo oportuno o no del cambio de valores, en que medida ha beneficiado a la sociedad y su desarrollo este cambio de paradigmas y qué podemos hacer para sacar el mayor beneficio colectivo de esta situación, bajo la premisa de que el bien común es siempre el objeto de una sociedad.
Si dejamos de lado el bien común, entonces el cambio de valores es oportuno, pero comenzaríamos a cuestionarnos sobre la existencia de la sociedad, sobre la colectividad. La individualización nos lleva al aislamiento y ese es el camino para la deconstrucción social.
Pensemos pues en que es lo que podemos hacer, desde nuestro rol social, para contribuir la consolidación de un mejor tejido social, porque, por naturaleza, no podemos vivir aislados, pero bajo las condiciones en las que nos encontramos en estos momentos, tampoco podemos seguir promoviendo patrones de individualización basados en el miedo y la indiferencia, porque contribuiremos indirectamente al debilitamiento del tejido social.
Pero como se mencionó en un principio, es solo una reflexión.