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José de J. Reyes Ruiz

LA FIESTA DEL TORO

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Hace ya algunas décadas - no recuerdo ya cuantas - me encontraba con mi familia visitando por segunda o tal vez tercera ocasión la hermosa ciudad de ATENAS, veníamos de realizar un crucero por el NILO y visitar las maravillas de esa que fue una de las culturas mas importantes de nuestra historia, pero ahora estábamos en el epicentro de la CULTURA OCCIDENTAL, ya habíamos visitado aún que en forma muy rápida los vestigios de la ciudad que una vez fue, origen de la democracia y de mucho, mucho más.
Teníamos un día relativamente libre, y se me ocurrió simplemente subirnos a un camión de ruta suburbana de esos que nada tienen que ver con el turismo, con la idea de saborear algo de los parajes que rodean a la gran ciudad, elegimos uno con dirección al sureste que nos informaron nos llevaría a la costa y mas allá, en el mapa de rutas indicaba que una de las escalas del autobús era algo conocido como el MIRADOR DE EGEO, y sin pensar mucho en el REY sino más bien en el MAR EGEO, decidí que ese sería nuestro destino, ahí llegaríamos y bajaríamos del autobús regresando en otro de numero similar que nos trajera de nueva cuenta al punto de partida.
Nuestro viaje tuvo la duración según no mal recuerdo de aproximadamente una hora y media, pudimos apreciar las zonas suburbanas de ATENAS algunas muy bellas otras no tanto, reconocimos como en cualquier otro sitio los cinturones de miseria de esa tan interesante ciudad y finalmente llegamos a las costas del mar egeo con balnearios donde prometí a mis hijos que bajaríamos en nuestro viaje de regreso para disfrutar del mediterráneo y al menos tocar sus aguas, pero nuestro camino seguía en dirección más hacia el oriente que hacia el sur bordeando acantilados y playas dentro de unos paisajes semidesérticos que nos dejaron gratamente impresionados.
Finalmente, el autobús llegó a nuestro destino y se salió del camino principal para subir una cuesta no muy pesada y dejarnos frente a un restaurante moderno que tenia algo de gente degustando la comida - porque eran las horas del almuerzo - donde nos sentamos a pedir algo de comer con una cerveza para disfrutar la enormidad del mar mediterráneo que teníamos delante y bajo de nuestros ojos.
Pronto logramos amistarnos con uno de los meseros quien nos explicó – en perfecto inglés - el lugar donde nos encontrábamos y su relación con el MITO DEL MINOTAURO que yo conocía aunque no recordaba del todo bien, nos insistió que si fijábamos la vista en el horizonte, tal vez alcanzaríamos a ver a lo lejos tierra firme de lo que es la isla de CRETA en la que en alguna ocasión había estado antes en una muy agradable – pero accidentada - travesía que me regresaba del MEDIO ORIENTE, específicamente de ISRAEL a donde llegué casi de milagro y donde tome un ferry con mi vehículo incluido que nos llevaría de HAIFA en ISRAEL a PIREOS en GRECIA con escala en CHIPRE – del lado griego – primero y después en CRETA donde nuestra escala duró solamente unas horas que solamente nos permitieron conocer la ciudad del puerto hermosa como todas las que se encuentran en esas maravillosas islas.
Pero a estas alturas muchos se preguntarán que tiene que ver esta historia con la FIESTA DEL TORO, mucho les he de decir, pero para entenderlo es preciso recordar algunos de los elementos esenciales del MITO que como todos los mitos griegos nos muestra después de analizarlos mucho de la naturaleza humana, aunque contengan poco – pero algo tienen – de la realidad de la historia verificable.
Resulta en pocas palabras que el REY GRIEGO EGEO no había podido tener descendencia, cosa que era lo peor que le podía pasar a alguien que quería mantener su reino, por ello realizó un viaje al SANTUARIO DE DELFOS, para preguntar por su futuro y su posible descendencia, ahí le aseguraron que en su viaje de regreso en uno de los reinos vecinos conocería a la mujer que le daría descendencia, y con esa esperanza viajo de regreso y conoció a quien sería la madre de su único hijo que procreo a TESEO, pero ante los muchos enemigos que tenia EGEO en su lugar de origen decidido que su hijo creciera lejos de su ciudad de ATENAS y cuando TESEO creció, su madre lo envió a reclamar su reino, fue así como conoció a un padre lejano que a su llegada tenía el gran problema de haber sido vencido en actos de guerra frente a los CRETENSES y su REY MINOS A QUIEN TENIAN QUE RENDIR TRIBUTO CONSTANTEMENTE.
Pero MINO tenia sus propios problemas su popularidad dentro de su gente era demasiado baja y eso debilitaba su reinado, por lo que acudió a POSEIDÓN el rey de los mares en búsqueda de consejo, POSEIDÓN le regaló UN TORO MARAVILLOSO para que fuera el símbolo de su reinado y fue efectivamente la magnificencia del animal que logró que MINOS FUERA POPULAR entre su gente, pero LA FIESTA DEL TORO LLEGÓ A SU FIN por que EGEO en un momento lo sacrifico, lo que molestó en forma importante a POSEIDÓN, quien en venganza hizo que la esposa de EGEO - PARSIFAE - se enamorara profundamente del TORO, con quien procreo un hijo, un ser humano tenia la cabeza de toro y un poco también sus instintos y apetitos
A ese ser monstruo se le conoció como MINOTAURO (EL TORO DE PARSIFAE, o EL TORO DE CRETA) que pronto demostró su apetito por la carne humana, por lo que MINOS mandó a su arquitecto DEDALO a construir un LABERINTO lo suficientemente extenso y complejo que impidiera que EL MINOTAURO intentara escapar, y periódicamente enviaba a los atenienses enviados por EGEO como pago de tributo al laberinto donde encontrarían la muerte en los apetitos del minotauro antes de encontrar la salida.
TESEO hijo del REY EGEO intentando legitimar y ganar el reino de su padre se ofreció para ir como tributo y destruir al minotauro que tanto daño les había hecho, su padre aceptó el ofrecimiento a regañadientes y tan solo pidió a su hijo que, si su empresa resultara exitosa, a su regreso desplegara una vela negra y no la tradicional blanca en señal de victoria, de otra forma supondría que había sucumbido frente al minotauro.
Así TESEO emprendió el viaje, y a su llegada a CRETA unos ojos se enamoraron profundamente de él eran los ojos de ARIADNA hija de MINOS y PASIFAE, hermana del MINOTAURO quien a su vez logró que TESEO se enamorara de ella y le entregó el secreto que haría que TESEO pudiera salir del laberinto en caso de lograr derrotar al MINOTAURO, TESEO lo logra y gracias al HILO DE ARIADNA que había ido dejando en su trayecto hasta encontrarse con el minotauro, logró salir con vida pero algo pasó que a mí no me queda totalmente claro, que en su huida se olvida de ARIADNA a quien había prometido llevar consigo, como también olvida desplegar la vela negra como prueba –a su padre– de su triunfo y despliega la vela blanca.
El lugar donde comimos aquel mediodía era precisamente el mirador de EGEO donde día a día el rey miraba al horizonte para descubrir el regreso de su hijo, y cuando por fin vio la nave del hijo vio que no traía las velas negras del triunfo sino las blancas de la derrota, por lo que llenó de tristeza se aventó del acantilado al mar que después sería nombrado tras su nombre como el MAR EGEO

TESEO ENTONCES SE CONVIRTIO EN REY, MINOS ENTERADO DE LA TRAICIÓN DE SU HIJA ARIADNA LA ENTREGA A POSEIDÓN QUIEN LA DA EN MATRIMONIO A DIONISIO el DIOS DE LOS EXCESOS y ahí comienza otra historia.
Muchos aseguran que ahí se origina la FIESTA DEL TORO, la FIESTA BRAVA donde el hombre –TESEO o el TORERO–se enfrentan a la BESTIA el toro o al minotauro, derrotándolo y provocando su muerte, puede ser que ello sea real puede ser que no, la realidad es que LA FIESTA DEL TORO es toda una parte esencial de nuestra cultura occidental desde mucho antes del nacimiento de cristo. El elemento central es la muestra de valor por parte del HOMBRE de frente a la BESTIA que puede acabar con su vida como lo hizo antes con tantos atenienses.
Para quien no entienda que este enfrentamiento se ha venido convirtiendo en un ARTE el de la TAUROMAQUIA, es que tiene una visión limitada desde el punto de vista de una cultura añeja: de usos y costumbres que alcanzan niveles sublimes, el torero dentro de su traje de luces enfrenta a una BESTIA que a su vez quiere acabar con su existencia
Jorge Luis Borges, en su maravilloso cuento LA CASA DE ASTERIÓN, hace un relato del MITO DEL MINOTAURO solo que al salir TESEO le comenta a ARIADNA que la derrota sobre el MINOTAURO no había sido tal, que el minotauro solo se había defendido mínimamente –prácticamente no había puesto resistencia- y lo que al final trata de decirnos BORGES es que el MINOTAURO REALMENTE NECESITABA DE TESEO requería ser redimido, necesitaba MORIR para realmente SER, esto puede ser trasladado a la TAUROMAQUIA a la fiesta del TORO, donde el TORO DE LIDIA requiere de la lucha de frente al ser humano en una confrontación de pares para SER, en alguna forma, EL TORO DE LIDIA depende su existencia de la FIESTA DEL TORO – si no su propia existencia estaría en riesgo - donde es redimido a través de una muerte violenta, no nos olvidemos por poner solo un ejemplo que los jugadores aztecas y mayas del juego de la pelota redimían su triunfo con su propia muerte y la muerte no era nada placentera por que el corazón les era extraído mientras aún estaban vivos.
Sea como fuera permítanme estas digresiones literarias en mi intento de defender la FIESTA DEL TORO, mis respetos a aquellos que sienten que el TORO es violentado y sacrificado en forma violenta en el final y durante el transcurso de la FIESTA más grande de todos los tiempos, pero señores, entiendan que también esto son usos y costumbres, ESTO TAMBIÉN ES CULTURA y no puede prohibirse por una ley que poco conoce de la historia de la humanidad, que poco o nada sabe de CULTURA.