Alerta en Zacatecas por desaparecidos
Por: Claudia Anaya
En los últimos días, he recibido algunos mensajes en mis redes sociales que tienen un común denominador: un llamado de alerta porque en Zacatecas, el número de personas desaparecidas va en aumento.
No, no se trata meramente de una percepción social, sino que es una realidad lacerante en nuestro estado y aunque conocer la cifra exacta de personas desaparecidas resulta complicado porque la gran mayoría de los casos la gente no acude a las autoridades, los datos que ofrece la Fiscalía General del Estado de Zacatecas, dan cuenta de que entre 2020 y 2021, pasamos de 571 a 919 denuncias por desaparición de personas, es decir, hablamos de un incremento del 61% a nivel estatal de un año a otro.
Si consultamos los datos nacionales de la Red Nacional de Personas Desaparecidas y no localizadas, observamos que Zacatecas se está convirtiendo en referente claro de incremento en la incidencia de este fenómeno que se concentra en algunos municipios.
El año pasado, Fresnillo encabezó la lista de personas desaparecidas con 163 casos que contrastan de manera alarmante con los 46 incidentes de 2020; le sigue Zacatecas con 121 desapariciones que distan mucho de las 21 registradas el año anterior; el tercer lugar lo ocupa Guadalupe con los 104 casos reconocidos por las autoridades judiciales que poco tienen que ver con los 19 registros de 2020. En suma, hablamos en promedio de un incremento del 200% de este fenómeno en algunos municipios.
En 2021, de acuerdo a la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), se triplicaron los desplazamientos internos forzados debido al incremento de la violencia particularmente en 8 estados, entre ellos, Zacatecas. Son 4 los municipios donde se ha concentrado esta afectación y se encuentran ubicados en la sierra del suroeste del estado; se calcula que existen poco más de 2,500 personas que dejan sus hogares, su lugar de residencia, con el objetivo de mantenerse con vida y huir de la amenaza constante de su bienestar.
Lo cierto es que las familias no saben porqué llegan comandos armados y se llevan a sus hermanos, esposos o hijos, no hay un perfil determinado para llevárselos: Unos eran dueños de una tienda, otros vivían al día, otros eran campesinos o peones. Lo cierto es que estos hechos desatan el pánico y ello impide que el 100% de denuncias se realice. Hay cálculos oficiales que afirman que sólo el 30% de todos los casos de personas desaparecidas en la región, han sido denunciados ante el Ministerio Público.
Las víctimas deben recibir justicia y una respuesta clara sobre el paradero de sus familiares. No bastan las buenas intenciones y se necesita presupuesto para lograrlo, una facultad que es exclusiva de la Cámara de Diputados.
Por mi parte, constantemente desde el Senado de la República, en mis actividades, estoy pendiente de todos los instrumentos legislativos a presentar para poder ayudar a corregir esta situación.
Nuestra gente se merece una respuesta y no afirmaciones como las que escuchamos el pasado 2 de marzo de este año por nuestra máxima autoridad estatal: “Ojalá yo tuviera la respuesta, esa no la tiene ni Obama, es un tema muy delicado, ese no es un tema tan trivial, es el problema más delicado de este país, es el tema de temas” (sic).
*Senadora de la República.