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La esperanza de la navidad

Por: María del Mar De Ávila Ibargüengoytia

En estas fechas es prácticamente imposible escapar del tema navideño, es una época que muchos recordamos con singular alegría pues nos educaron en la espera de la natividad del Señor, y con ello el nacimiento de la esperanza, así como la espera de algún obsequio por nuestro buen comportamiento durante todo el año, de esta forma éramos premiados por la generosidad del niño Dios a quien pedíamos con devoción para que hubiera salud y paz en todos los hogares.

Recuerdo tantos bellos momentos, disfrutados al lado de mis padres, abuelos y mis hermanas. También he sido testigo de cómo estas épocas se han transformando con la ausencia primero de mi papá y posteriormente con la desafortunada partida de mi mamá.

De tal manera que hoy, pienso en tantas familias que han quedado truncas, que padecen una gran tristeza y un inmenso dolor, merced a la ola de violencia que la delincuencia organizada e inteligente ha logrado sembrar en la sociedad zacatecana.

Recién han caído bajo las balas asesinas dos jóvenes universitarios, Francisco Zapata Alvarado quien en compañía de su camarada reparaban una chapa cuando les dispararon causándoles la muerte. Nuestros jóvenes deben morir como adultos mayores, con sus sueños realizados con dignidad y en sus hogares.

Cómo no pensar en esta navidad que tendrán los pensionados y jubilados del ISSSTEZAC, quienes son víctimas de la ingratitud y la soberbia de las autoridades, y que lamentablemente por segundo año consecutivo les son negadas sus prestaciones que legalmente merecen.

Pregunto con sinceridad, cómo no angustiarse cuando los estudiosos de la economía nos dicen que está navidad será una de la más cara en 20 años, toda vez que la inflación se mantiene en niveles extraordinariamente elevados, los regalos, adornos e insumos para preparar la cena están por las nubes.

No obstante, lo anterior, hoy invito a entre todos reivindiquemos palabras claves de esta época; la navidad, paz y familia, que su contenido tenga plena vigencia en el corazón y alma de todos. Sin lugar a duda, son palabras que llegan a la tierra, con un ser que trae una nueva luz, que propicia que seamos más cálidos con quienes nos rodean.

Recuperemos la capacidad de sobreponernos a la adversidad que hoy llamamos resiliencia y que forma parte ya de nuestro espíritu. Renovemos nuestra sensibilidad social para captar el lado festivo de la vida, la luz, la paz y la sana convivencia con la familia, nuestro núcleo básico donde invariablemente siempre encontraremos claridad y fuerzas para salir adelante.

Debemos recuperarnos del dolor, de las crisis retomando nuestro camino con la esperanza de una mañana bendecida por el niño de Belén. Es mi mayor deseo que estos días sean ocasión para perdonar y perdonarnos y que verdadera y genuinamente seamos generosos con los que menos tienen.
Esta noche Buena abracemos a nuestros seres queridos y pidamos que se acabe la violencia y que regresen los desaparecidos.

Que la luz de la estrella de Belén ilumine todos los hogares hoy siempre.

*Diputada Local