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Beatriz Pagés

LA MINISTRA DEL PRESIDENTE

La ministra Yasmin Esquivel debe renunciar. Renunciar al cargo que hoy tiene en la Corte y a su aspiración de presidir el máximo tribunal constitucional.

Las razones son muchas y de una inmensa repercusión para el país y el Poder Judicial. Haber plagiado la tesis de licenciatura para ostentarse como abogada significa que decidió dedicarse al Derecho para defraudar la ley, deja ver una ética blanda y a una mujer que no es digna de confianza.

Esquivel representa un riesgo para el prestigio , la credibilidad y la independencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su caso viola la reforma ética a la que tanto vuelo mediático le dio el ministro presidente Arturo Zaldívar.

Jueces sin credibilidad son nada. Una Corte integrada y presidida por estafadores (as) provocaría la destrucción del orden constitucional. La fuerza y poder de un tribunal radica en sentencias creíbles, que provengan de abogados competentes, legitimos e independientes.

Yasmin no es una cosa, ni la otra, ni la otra. No es abogada porque se tituló plagiando una tesis. No es competente ni legítima porque su carrera es resultado de una estafa y de un engaño a la UNAM.

Tampoco es independiente porque tiene como jefe político al Presidente de la República. El mismo López Obrador se encargó de confirmarlo: “¿Por qué suponen que Yasmin es nuestra candidata? Porque ella ha apoyado nuestras incursiones en el Poder Judicial” “Defendió la Ley Eléctrica y está a favor de la Cuarta Transformación.”

La servidumbre de la ministra le viene “como anillo al dedo” a un régimen que necesita tener sometido al Poder Judicial para legitimar los actos arbitrarios del Presidente. Por ejemplo, avalar el inconstitucional Plan B de la reforma electoral.

Por ejemplo legalizar un futuro auto golpe de Estado – como intento darlo el expresidente Pedro Castillo en Perú -si Morena no gana el 2024 o bien permitir a través de la reforma a una ley secundaria la prolongación de mandato.

El gobierno necesita a Yasmin Esquivel al frente de la SCJN para que se consolide y sobreviva el gobierno obradorista. Toda dictadura o populismo autoritario necesita tener como cómplices a ministros, fiscales y jueces para preservarse en el poder.

Les urge una ministra presidenta que responda a los intereses de Morena, que vuelva ley los caprichos presidenciales y tenga el cinismo necesario para violar la Constitución.
El perfil ético y moral de la “abogada” cumple al pie de la letra con los requisitos necesarios para estar en el primer círculo de la 4T: desprecio a la ley, a la democracia, a las instituciones, facilidad para mentir y engañar, para simular y burlarse al saberse impune por gozar de la protección presidencial.

Ya sabemos quién es Yasmin Esquivel. Alguien que siente estar por encima de la ley. Ahora falta saber de qué están hechos los ministros que van a votar a favor o en contra de la candidatura de alguien que no merece presidir la Corte sino ser inhabilitada por incurrir en graves faltas administrativas.

Votar a favor de la ministra no solo significaría convalidar una equivocada conducta judicial sino poner la sala constitucional bajo el control del Presidente y abrir la aduana para legitimar una futura dictadura.