Skip to main content

Rulfo a 37 años de su muerte

María del Mar De Ávila Ibargüengoytia

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, nació en Jalisco el 16 de mayo de 1917, murió el 7 de enero de 1986 de cáncer pulmonar. Escritor, guionista, fotógrafo, considerado como integrante de la llamada generación del 52, sin lugar a duda, es uno de los escritores latinoamericanos más importantes del siglo XX.

Creador de un universo rural y fantástico, su escritura está fuertemente impregnada de profundo drama que retrata con extraordinaria brillantez la condición humana. Autor de " Pedro Páramo", " El Llano en Llamas" y " El Gallo de Oro ", con solo estas obras alcanzó fama mundial, que lo llevo a convertirse en objeto de halagos y tema de estudio en diversas universidades del mundo.

Al decir del poeta Hugo Gutiérrez Vega, Rulfo es un prodigio literario creador de una prosa poética de una gran belleza y una perfección sublime y que su sencillez descansa esencialmente porque utiliza el lenguaje del pueblo.

Así tenemos que “El Llano en Llamas”, consta de 17 cuentos que tratan entre otros asuntos el problema de la tierra, donde el autor logró retratar de forma inigualable la problemática del campo y la visión mágica de los campesinos. Pedro Páramo, constituye una novela breve, que se circunscribe a un contexto histórico detallado, un lenguaje complejo, el cual desarrolla de tal manera que la realidad y la fantasía se confunden.

Mientras que “El Gallo de Oro”, el tercero y último libro de su corta, pero eterna carrera, cuenta la historia de un apasionado amor entre un gallero y una cantante de palenque; estas son las obras que han valido que una enorme cantidad de notables de la creación literaria, viertan opiniones elogiosas para el jalisciense universal.

Lo anterior explica que, a pesar del tiempo trascurrido, sus publicaciones a 37 años de su muerte, siguen siendo leídas con devoción y asombro en distintos idiomas, los estudios sobre su obra, desbordan anaqueles universitarios, librerías y sitios web. Este caso es extraordinario, toda vez sus obras se publicaron en los años cincuenta del siglo pasado. Dedicándose las dos últimas décadas de su vida, a su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México.

Leer sus textos, lo convierte a uno en un testigo del momento actual, pues la literatura resulta útil para interpretar el tiempo presente. Las virtudes de este genio de las letras, lo confirman por los innumerables reconocimientos de los que ha sido su trabajo, así tenemos, por ejemplo, el premio Xavier Villaurrutia en 1956, que fue otorgado por “Pedro Páramo”, mientras en 1970 ganó el Premio Nacional de Literatura, en tanto que, en el año 1976, fue elegido miembro de la Real Academia Mexicana de la Lengua, para más tarde ganar el premio Príncipe de Asturias en 1986 y recibir in Memoria el Doctorado honoris causa por la UNAM.

Pero evidentemente el mejor premio que se le puede rendir a tan extraordinario escritor, es continuar leyéndolo y estudiando su obra.

*Diputada Local