Skip to main content

¿Somos privilegiados?

Bennelly J. Hernández Ruedas

Alguna vez te has detenido a pensar que, las cosas que de pronto deseamos como un capricho o gusto, para otras personas pueden significar un privilegio.
La vida es así, no me dejarán mentir que muchas ocasiones nos pasamos reprochando lo que nos pasa, las cosas que tenemos, o incluso, las que no podemos tener; sin dar cuenta que hay personas que esos detalles son irrelevantes ante la necesidad y carencias a las que se enfrentan del día a día.
Este año tuve la oportunidad de sumarme al apoyo del Juguetón, un proyecto social que tiene como propósito, llevar un juguete a los niños de más escasos recursos en el país, para no pasar desapercibida la temporada navideña.
Y usted se preguntará, ¿en qué puede cambiar un juguete la realidad de un niño en vulnerabilidad?; pues por más difícil que parezca, ese gesto regresa la ilusión que todo niño tiene de recibir un presente y lo más importante, que no fue olvidado, porque por más alejada que se encuentre su comunidad, los reyes magos se acordaron de él.
Y es que, por más pequeño que sea el detalle, el tamaño de la sonrisa que se pinta en sus rostros, la risa nerviosa que brota de la emoción que sienten por abrir su juguete, es impresionante e inexplicable.
Inexplicable porque te toca el corazón de una manera sin igual. Porque observar ese momento de felicidad, que estoy segura permanecerá grabado por el resto de su vida en su mente; también nos demuestra lo afortunados que somos, al tener unos padres, abuelos o familia, que se preocuparon y lucharon para que en nuestra infancia pasáramos una navidad privilegiada.
Porque muchos fuimos afortunados en tener las regalos que deseábamos; en otras ocasiones, lo que consideraba el niño Dios que sería de nuestro gusto, siempre reflejado ese esfuerzo por vernos felices.
Por ello, realizar estas actividades sociales, me hacen reflexionar en lo mucho que debemos ser agradecidos. Hacer conciencia y empatía de las cosas que la vida nos ha dado, y del esfuerzo que debemos seguir empeñando para generar o construir mejores condiciones a nuestras futuras generaciones.
Así que, te invito a no dejar que el espíritu noble que surge en la época decembrina se esfume y; por el contrario, se siembre en nuestros corazones, para que seamos más las personas que realizamos gestos de amor, hacia aquellos que más necesitan.

*Diputada Federal