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Silvia Montes Montañez

Exhorto
En Jerez viví la época de mi adolescencia y me consta el gran impulso cultural que entonces tenía lugar en los planteles educativos y las instituciones de servicio público.

SERÍA lo más sensato acatar ya no solamente el clamor ciudadano, sino la solicitud concreta de los legisladores, al alcalde de Jerez, Humberto Salazar, para que suspenda la feria que él considera "chida" (ha usado este término) y que representa un riesgo para el municipio.
EL COLMO del caso es que la presidencia municipal se propone invertir millones de pesos en esta festividad anual y es muy pertinente la petición de la diputada Cuquita Ávalos, de usar ese recurso en estímulos y apoyos para las personas que están siendo afectadas por la falta de turismo y la grave crisis de inseguridad.
NO ACATAR este llamado institucional surgido desde el Legislativo, sería inexplicable y la Secretaría de Economía del gobierno del Estado se presenta como factor determinante para sumarse al exhorto de canalizar el dinero con el propósito de respaldar a los damnificados.
LA SUGERENCIA que se convirtió en un punto de acuerdo, hasta el momento de mi redacción, no ha recibido respuestas ni del alcalde ni del secretario de esa dependencia que deberían, aunque sea por cortesía política, exponer inmediatamente su razonamiento y su decisión.
DE SUSPENDER la fiesta y aplicar los dineros en favor de las familias afectadas por la violencia, el ayuntamiento y el gobierno estatal a través de la secretaría de Economía, estarían enviando un mensaje que los rescataría un poco del enorme desprestigio que los caracteriza.
LA FERIA como bien lo comentó mi estimado colega y amigo Luis Chávez, en su muy visto programa "Monitor", ha sido catalogada desde hace mucho tiempo como la cantina abierta más grande del país, especialmente en el célebre "sábado de gloria" y eso resulta muy lamentable y ofensivo para este gran "pueblo mágico".
EN JEREZ viví la época de mi adolescencia y me consta el gran impulso cultural que entonces tenía lugar en los planteles educativos y las instituciones de servicio público y en tal caso me duele enormemente observar la terrible degradación que se acentúa junto con la violencia en este lugar tan entrañable.
SIN EMBARGO se escuchan voces enérgicas y acertadas como la del diputado Enrique Laviada, que hizo una exposición magistral al tocar el tema dejando en evidencia a su homólogo morenista Armando Delgadillo y su desafortunada defensa respecto a la feria. Laviada es un hombre culto, informado y de fina oratoria que se solidarizó con los jerezanos y exhibió a la autoridad estatal y local.
TODO ES POSIBLE sin embargo en este tiempo de improvisación y absoluta falta de sensibilidad por parte de quienes encarnan a la autoridad en sus distintos órdenes, comenzando por el federal y concluyendo en el municipal con personajes impresentables que deshonran el quehacer público.
HOY DÍA se viven episodios extremadamente graves en nuestra querida tierra. Es cierto que Jerez presentó desplazamientos desde el sexenio pasado, como lo hizo notar mi colega Heraclio Castillo en su crítica al ex gobernador Alejandro Tello, pero conviene señalar que la situación llegó al extremo en el tiempo de morena.
EN ZACATECAS necesitamos más acciones de protección y menos absurdos como el que propone Humberto Salazar. Es cierto que una feria deja derrama económica pero Jerez ha sufrido especialmente en este tiempo violencia extrema y mucha gente reclama ayuda ¿Qué necesita el alcalde para entenderlo?
Periodista