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La Casa de los Perros:

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Fueron miles los mexicanos que el domingo salieron a las calles del país y de algunas ciudades del mundo a manifestarse, sin torta, ni frutsi, ni promesa de beca o apoyo gubernamental de por medio. Lo hicieron en libertad.
Para dolor de muchos, el zócalo capitalino lució a reventar. Hubo ciudades como Guadalajara, Monterrey y Querétaro en donde la gente se volcó y también llenaron sus respectivas plazas principales.
El pretexto, hay que ser honestos, fue la defensa del INE y mostrar su inconformidad contra el Plan B de la Reforma a la Ley Electoral.
La realidad es que las medidas autoritarias del Mesías, y los nulos resultados de un gobierno que prometió una transformación que no llegó, fueron lo que en verdad llevaron a los mexicanos a tomar las plazas públicas y gritar: ¡Fuera López!
Y Zacatecas no fue la excepción. Ya varios en un evento oficial al que sí llegaron con promesa de recibir apoyos electoreros propinaron rechifla a las autoridades de la nueva gobernanza. Ayer, otros más manifestaron su descontento a las puertas de La Casa de los Perros.
Sí, fueron varios los dirigentes de los partidos políticos en la entidad que al grito de ¡Mi voto no se toca!, marcharon por el sufrido Centro Histórico de Zacatecas, pero esto, de ninguna manera, es razón para descalificar un movimiento que poco a poco deja con la boca abierta a quienes se sienten los reyes del mundo.
Y bien lo dijo en la Plaza de Armas, Bibiana Lizardo, excandidata a la gubernatura del Movimiento Dignidad, la idea propagada desde el reality show conocido como La Mañanera, de que el INE gasta mucho dinero en sueldos y por eso debe desaparecer resulta una falacia en un gobierno de Morena que, hasta hoy, tras más de cuatro años en el poder, ha derrochado el dinero de los mexicanos en obras faraónicas e inservibles.
En Zacatecas claro que ha pegado, y duro, la falta de medicinas para los niños con cáncer, por ejemplo, o el pésimo manejo de la pandemia del coronavirus que costó más de cuatro mil decesos en el estado.
Pero la indolencia con la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha tratado a Zacatecas, en lo que a la seguridad se refiere, es lo que verdaderamente saca de lo más profundo del corazón el grito de ¡Fuera López!
Mucho se quejan de la herencia maldita, pero los datos nos dicen otra cosa.
En el sexenio del expresidente de extracción panista, Felipe Calderón Hinojosa, los homicidios dolosos en sus primeros cuatro años de gobierno fueron 59 mil 669.
En el sexenio del expresidente de extracción priista, Enrique Peña Nieto, la cifra de homicidios dolosos subió a 69 mil 900, también en sus primeros cuatro años.
Y resulta que ese gobierno de izquierda que prometió ser la esperanza de México se ha convertido, en sus primeros cuatro años, en la tumba de 112 mil 885 mexicanos.
La sangre que desde hace unos 16 años todos los días corre por las calles de colonias, comunidades, pueblos, municipios y estados ha llamado la atención de nuestro vecino, Estados Unidos, que alerta a sus conciudadanos a no viajar a determinadas ciudades de México, por el riesgo que esto conlleva.
Pero, hay que decirlo aunque muchos no lo quieran entender, cuando Calderón Hinojosa gobernaba el país, Estados Unidos emitió 14 alertas; ya en el gobierno de Peña Nieto fueron 31. Con López Obrador ya van 44. Cifras, lo reiteramos, de sus primeros cuatro años como gobierno.
Lo que además llama la atención es que, a esos que quieren cuidar los centavos para malgastar los pesos, el gasto en seguridad pública también es un indicativo de que, para gobernar, hay que saber utilizar el dinero y no guardarlo sólo para los tiempos electorales.
Felipe Calderón tuvo un presupuesto para la Sedena y Seguridad Pública de 434 mil 754 millones de pesos, sí, en los primeros cuatro años de su gobierno. Enrique Peña, en ese mismo periodo gastó 744 mil 421 millones de pesos en los mismos rubros.
El Mesías, que dedica su tiempo a defender dictadores y entrometerse en asuntos de otros gobiernos, ha gastado 665 mil 134 millones de pesos. Más que Felipe Calderón, menos que Enrique Peña, pero con peores resultados.
El fin de semana, en Zacatecas, los homicidios dolosos no cesaron. Sumaron entre el viernes y el domingo nada menos que 11, según cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Sólo ayer domingo hubo seis, contando la masacre de cuatro jóvenes en un domicilio en la colonia Villas de Guadalupe, sí, del peligrosísimo municipio de Guadalupe.
El 24 de febrero se reportó la desaparición de Antonio Bernal Orozco, así como de Julio César Jiménez y los hermanos Víctor, Jonathan y Marco Antonio Ramírez Meléndrez, en Fresnillo; Juan Garza y Andrés Castillo, también desaparecieron en Fresnillo. Y Christopher Rodríguez, quien fue visto por última vez el 25 de febrero en Ojocaliente, no ha llegado a su casa. Sí, porque las desapariciones no cesan en la entidad.
Y así, con este panorama, todavía les extraña y, peor, intentan descalificar, que zacatecanos hayan marchado por el Centro Histórico para gritar: ¡Fuera López!

Lo del INE, que no debe tocarse, ya lo dijimos, hoy resulta sólo un pretexto para el desahogo.

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