Mayela Pulido
Honrar a todos los donantes que han dado vida
Todo mi empeño en esta vocación de servicio resultaría inútil si no fuera por la inmensa generosidad de quienes deciden donar para la vida de alguien.
El donador siente un llamado interior y lo defiende. El enfermo no elige estar enfermo, pero el donador si elige sanarlo.
Son héroes que, literalmente, rescatan de una muerte casi segura a otras personas que se someten a un proceso biológico y psicológico demandante. Además tienen la fuerza de voluntad para animar al enfermo a seguir adelante.
Desde que comencé con esta maravillosa aventura de ayudar a otros, he visto y escuchado infinidad de testimonios de distintas formas.
Casi todas son iguales, todos describen su estado de ánimo!
Es una lucha de recompensas, te cambia totalmente, hasta en la forma de pensar, cuando es entre familia, te acercas más a ellos.
Gracias a mi donante volví a nacer.
Es algo que no se puede explicar, porque ahora tengo algo que era suyo dentro de mi.
Desde que me enferme yo era la preocupación de mi familia.
El impulso de los donadores es irrefrenable y hay que saber detectarlo.
El donador debe sentir el deseo, el llamado interior que lo empuje a deshacerse de su riñón para dar vida al prójimo. Sin esa determinación, el trasplante no debe llevarse a cabo.
La mayoría puede mantener una vida normal y saludable en cuanto se recupera de la cirugía, incluso hay deportistas de alto rendimiento que funcionan con un solo riñón.
Un trasplante de riñón es el mayor avance de la medicina moderna por los años de vida con calidad que proporciona.
Lo doloroso es saber que solo una pequeña de la porción de pacientes en México y el mundo tiene acceso a uno!
El altruismo del donador tiene una sola motivación:
El amor al prójimo.
El donador, sea un familiar directo o no, regala un riñón para salvar la vida de otra persona, es un acto de humanidad extraordinaria que demanda de un compromiso mutuo, ya que el receptor debe responder a la donación y ser meticuloso con la medicación, la dieta y revisión con su médico.
Decir si a la donación de órganos de un familiar, es un verdadero encuentro con el todo poderoso y la humanidad.