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¿Tenemos soberanía energética?

Bennelly J. Hernández Ruedas

Lograr una soberanía energética justa y sustentable, demanda el control y aprovechamiento público de los recursos energéticos; reducir la dependencia de los hidrocarburos y avanzar progresivamente en el uso de energías limpias.
Este fin de semana los mexicanos nos reunimos para participar en una fiesta nacional, al conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, un hecho histórico que contribuyó al desarrollo de México, así como a la defensa de su independencia y soberanía energética.
Se considera una defensa al reflexionar que, en aquel momento, este recurso estaba siendo controlando en nuestro país por empresas extranjeras que; además, abusaban de la clase obrera, al explotarla con extenuantes horas de trabajo, carentes condiciones laborales y salarios precarios.
De acuerdo con archivos históricos, eran 17 las compañías petroleras extranjeras que estaban llevando a cabo la explotación y saqueo del petróleo de nuestro territorio, enriqueciendo sus bolsillos y gozando de grandes privilegios como beneficios fiscales y prerrogativas; mientras que, para el pueblo o las comunidades en las que llevaban su actividad, el beneficio social era nulo, no se aportaba al avance, o a la construcción de escuelas, hospitales, ni obra pública.
Fue entonces que el presidente, General Lázaro Cárdenas del Río, atendiendo al llamado de la clase obrera de esta industria y apelando a la falta de acuerdos con dichas empresas; el 18 de marzo de 1938, expide el Decreto de la Expropiación Petrolera, con el que se recupera de manera legal el petróleo explotado, para convertirse en propiedad de los mexicanos.
Este suceso es trascendental en nuestra historia, ya que la decisión de nacionalizar la industria petrolera brindó a México la soberanía energética de este recurso y, con ello, un mayor desarrollo, más recursos económicos; el fortalecimiento de sus finanzas públicas y el incremento significativo de su actividad económica.
Estas decisiones contundentes y en beneficio del bien común de pueblo, son las que han generado los cambios importantes para transformar a México.
Nuestro movimiento político permanece ondeando esa bandera. Como lo ha demostrado nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador; así como senadores y diputados de Morena, estamos impulsando y defendiendo iniciativas para proteger lo nuestro.
Usted puede recordar que, en abril del año pasado, algo similar logramos dando paso a reformar la Ley Minera, para reconocer al Litio como patrimonio de la nación y declarar su utilidad pública.
Con ello, proteger su exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento, los cuales quedan a cargo exclusivamente del Estado, por medio de un organismo público descentralizado.
Actualmente el litio se considera uno de los metales más importantes a nivel mundial, por su alta capacidad para la creación de baterías de iones y la producción de vehículos eléctricos. Esto coloca a México en la mira de otros países, al contar con el yacimiento más grande de este mineral, que promete ser la alternativa a la transición energética, sustituyendo combustibles fósiles contaminantes; dejando de depender del extranjero.
Incluso, retomando el tema del petróleo, podemos destacar que el presidente López Obrador ha realizado una inversión histórica para la renovación de las refinerías de México; así como la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco y; la adquisición de otra, en Deer Park, Texas.
En este sentido, creo que es favorable el camino que vamos trazando para que nuestra nación logre la soberanía e independencia energética que merece. Por ello, la lucha no puede desistir; hoy más que nunca, miles de mexicanos salimos a celebrar al Zócalo capitalino, por estos triunfos que nos han traído autonomía; que juntos como pueblo hemos logrado, para mejorar las condiciones del país y el bienestar de su gente.
Acontecimientos con los que vamos haciendo historia.

Diputada Federal