¿Qué aprendí de mamá?
Bennelly J. Hernández Ruedas.
Se dice que el rasgo más sublime de la naturaleza le pertenece a la madre, al tener el privilegio de ser portadora de vida.
Estamos por celebrar una fecha muy querida para muchos, el Día de las Madres, lo que me hizo reflexionar, ¿cuán importante es el rol de la madre en la sociedad?
Desde el primer segundo de vida, la figura de mamá se convierte en la más cercana de cualquier individuo. En lo personal, puedo sentirme orgullosa de crecer en un hogar con dos grandes mamás; mi abuela y mi madre, quienes me enseñaron todo lo que soy.
Y es que, las madres constituyen un pilar fundamental para el desarrollo cognitivo, social y emocional de una persona en su edad infante. La psicología dice que, si no hay una adecuada vinculación con la madre, la niña o niño no contará con la suficiente seguridad para poder explorar y conocer el mundo, ni desarrollarse cognitivamente.
Por ello, el cobijo, la enseñanza, protección y seguridad que brinda una madre, es única. De ella buscamos el primer consejo; a quien recurrimos cuando tenemos dudas; quien se preocupa de nuestra salud y bienestar, quien nos alienta para tomar las mejores decisiones; quien nos hace enfrentar nuestros temores y nos brinda millones de alegrías en nuestra vida.
Sin embargo, así como el rol de la madre es naturalmente fundamental, también resulta tremendamente desafiante, sobrecargado por las múltiples necesidades que exige el día a día en la actualidad.
Como lo mencioné al inicio, muchos crecimos viendo a nuestras madres ser el pilar y sustento económico de casa; sacando adelante a más de una hija o hijo, con extenuantes demandas de trabajo, al pendiente de las tareas del hogar, la atención a los pequeños y los retos o aspiraciones personales por cumplir.
Todos ellos, actos de amor que nos enseñan a valorar el trabajo y lo que tenemos en la vida; así como a trazar la ruta para seguir y tomar nuestro camino.
Conforme la ley, los niños, niñas y adolescentes, tienen derecho a ser protegidos, queridos y cuidados, a vivir en familia, que se les atienda su salud, a recibir educación, a tener su propia cultura e idioma.
Sin duda, criar un hijo es una de las responsabilidades más grandes para todas las madres; principalmente, aquellas que se ven solas, pero buscan siempre la manera para sacar a su familia adelante. Son símbolo de lucha y orgullo.
Así que, este próximo 10 de mayo, que tu primer objetivo sea dar o enviar un fuerte abrazo a las mamás que te rodean; reconocer y agradecer el trabajo que han hecho con los suyos, porque no debe ser una tarea fácil, pero si la más placentera.
Una madre es un regalo de Dios. Siempre presente, porque, aunque muchas ya no están de manera física, siguen ahí con y para nosotros.
Mi cariño y admiración para todas las mamás en esta fecha tan especial; madres, abuelas, tías, amigas, todas aquellas mujeres que tienen la dicha de ser madres, ¡Felicidades, estás haciendo un gran trabajo! ?
Con dedicatoria especial para mi hermosa madre y mi Mía, que me han dado todo.
Diputada Federal