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A 135 años del natalicio de Ramón López Velarde

María del Mar de Ávila

Ramón López Velarde, originario de Jerez, Zacatecas, es recordado especialmente por su poema La Suave Patria, texto que le dio el título de poeta nacional, también se le considera como uno de los más importantes escritores mexicanos de la época modernista.
Y efectivamente, ahora que se celebra un aniversario más de su nacimiento, me viene a la memoria, como desde los primeros años de mi educación, era una tarea cíclica hablar y memorizar algún poema del mayor de los poetas, López Velarde, para luego declamar con entusiasmo en cualquier festival la Suave Patria, el mensaje del poema responde esencialmente al momento crucial por el que atravesaba la conformación de la cultura mexicana moderna, el de una transición de la etapa armada de la Revolución a su etapa constructiva y de renovación social y política, con el pasar del tiempo, los conocimientos se han ampliado no sólo en torno a su obra poética si no de su propia vida y así como de la profundidad sobre su quehacer literario.
Así hoy día nos deleitamos con sus textos, que se caracterizan por una extraordinaria calidad, particularmente por un abundante y robusto uso del lenguaje, una serenidad casi clásica y un carácter religioso que lo vinculan con muchas tradiciones.
Podemos decir que el ilustre poeta comenzó sus estudios en el seminario de Zacatecas, luego se trasladó al vecino estado de Aguascalientes para continuar su formación y más tarde consiguió matricularse en la carrera de derecho en la universidad de San Luis Potosí.
En 1911 atraído por la política participó como candidato a diputado suplente por Zacatecas, se integró a las listas del Partido Católico, tres años más tarde se trasladó a la Ciudad de México para radicar definitivamente en la capital del país.
Sus biógrafos, que no son pocos, reconocen el valor de sus colaboraciones periodísticas como la que realizó en el Regional de Guadalajara, La Nación, el Eco de San Luis Potosí, El Nacional Bisemanal, Revista de Revistas, Vida Moderna y Pegaso, dónde publicaba aparte de poemas, ensayos y reseñas que aún son un deleite leerlas.
Sin duda, en este pasado 15 de junio se volvió a celebrar, como cada año un aniversario sobre su natalicio, su obra, que al decir del editor, historiador y humanista mexicano, José Luis Martínez, quien considera su obra como un legado vivo y entrañable, cada vez más rico y persuasivo que, sin lugar a duda, nadie puede escapar al aroma cautivador de la provincia, porque retrata de forma perfecta la esencia de México o simplemente por su gusto por la poesía y prosa que con viejas palabras crean mundos mágicos y accesibles para el deleite de todos los que desean descubrir los secretos del corazón.
Leo con frecuencia su poesía, pero también deseo compartir un interesante pasaje taurino el cual evoca los aromas de esta actividad en este bello texto:
“De la plaza a las tres de la tarde, emanaba jubiló y salud e impulsivismo. Pronunciábamos palabras irrespetuosas a la llegada de cualquier personaje impopular: un señorito acicalado, un juez venal, un padre celoso de las hijas y verdugo de los novios. Con el azul espeso del firmamento, y con el olor de la tierra mojada, celebraban audacia los pretendientes tímidos, y se sentaban a dos metros de la dueña de sus pensamientos. Mientras soltaban el primer toro, los músicos de la banda, los pobres músicos que se derretían bajo el sol, machacaban las mejores piezas de su repertorio, al decir de los programas.”

Orgullosa al igual que muchas personas de muchas generaciones, de este zacatecano, paisano nuestro, genio de las bellas letras, que no ocupo vivir físicamente mucho tiempo para que su obra literaria lo volviera inmortal, exhortó a todos niños y adultos a leer y releer a Ramón López Velarde y llenar su espíritu con sus bellas letras.

*Diputada Local