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Dr. Ricardo Monreal Ávila

Algunas lecciones de los recorridos

A lo largo de estos días de eventos, dinámicas y recorridos de corcholatas de MORENA y aspirantes a construir el Frente Amplio opositor, he tenido la oportunidad de recoger diversas impresiones, así como escuchar diferentes opiniones acerca de la contienda electoral que está por venir. A continuación, comparto algunas con ustedes, amables lectoras y lectores:

1. ¿Continuidad o cambio? Toda elección trata de convencer a la ciudadanía de inclinarse por una de esas opciones. Si el gobierno en turno está bien calificado (como es el caso), su narrativa buscará persuadir respecto a la necesidad de la continuidad; si está mal evaluado, la oposición buscará privilegiar un mensaje de cambio; o bien, ante un gobierno bien posicionado, tratará de magnificar las deficiencias, insuficiencias, desgastes y errores inherentes a cualquier ejercicio gubernamental.

El presidente AMLO, forjado en la experiencia de tres campañas presidenciales y dos ejercicios de gobierno (CDMX y la Presidencia), verbalizó una estrategia intermedia: “continuidad con cambio”. La continuidad tiene nombre: Gobierno de la 4T, en tanto que el cambio está personificado en la y los aspirantes a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, quienes pertenecemos a una generación distinta de la suya.

2. Estrategia camaleónica. El camaleón sobrevive en medios adversos porque asume los colores y la topografía de su entorno. Es tan fuerte el posicionamiento territorial de MORENA, que los promotores del Frente Amplio impulsan a la menos fifí de sus aspirantes como una auténtica “hija del pueblo”.

Si Xóchitl es su candidata, tendremos dos candidaturas morenizadas en sus narrativas: la original de izquierda, masterizada en el lopezobradorismo, y la remorenizada de derecha, buscando apropiarse del discurso y las bases sociales de la primera. Ya se verá cuál de las dos avanza.

3. “AMLO le está haciendo la campaña a Xóchitl”. Para algunos, las opiniones sobre Xóchitl Gálvez hechas desde la conferencia matutina reflejan nerviosismo, inseguridad o pánico escénico. Para otros, la construcción de una candidatura de oposición, a la medida de la estrategia de Palacio, es un framing (selección y redefinición de aspectos de la realidad bajo un nuevo marco, con un objetivo determinado), que estaría buscando la polarización y una campaña de alto contraste. Por el momento, ambos bandos están siguiendo el manual, es decir, nucleando sus respectivos polos, ejércitos de simpatizantes y batería de ataques.

4. Las clases medias han sido consideradas como uno de los elementos constitutivos fundamentales de las modernas sociedades democráticas. A partir del ascenso de los Estados nación y de la consolidación de las repúblicas contemporáneas, sobre todo, la participación política de estos sectores sociales ha sido determinante para favorecer la permanencia o cambios de régimen.

Es difícil encontrar una definición precisa de las clases medias, pero se puede estimar que las conforman los actores sociodemográficos que marcan el rumbo del mercado interno, mismos que, con sus tendencias de ahorro y gasto, mueven la economía y el crédito de un país. Asimismo, moldean sus opiniones y posturas políticas a partir de los medios de comunicación masiva —y ahora, de manera creciente, en las redes sociales—. Son, además, los segmentos que consumen más información y, por ende, los más politizados y participativos.

No se ve fácil el refrendo clasemediero para MORENA en 2024; sin embargo, dada la estabilidad económica y la derrota moral e histórica de la oposición, especialmente a partir del desvarío ideológico de ésta y de la develación del narcoestado, tampoco parece que las clases medias puedan ver satisfechas sus expectativas en otras opciones políticas.

5. El padrón electoral de 2024 se encamina hacia los 100 millones de votantes. Una tercera parte de ellos serán jóvenes de 18 a 29 años, es decir, muchos votarán por primera o segunda vez para elegir al próximo presidente o presidenta de la República. Su carácter innovador y revolucionario no se suele asociar con las dinámicas del sistema político, lo cual da como resultado incertidumbre latente respecto a su participación en los procesos electorales.

Una conseja muy socorrida es que estos grupos etarios son abstencionistas por naturaleza, ya que no les interesan ni la política ni los políticos; mucho menos los partidos. Este enfoque se debe tomar con cautela, porque puede jugarnos una mala pasada. Mejor partamos del polo opuesto: primero, si llegan a participar, estas personas jóvenes definirán la elección y, segundo, aquel partido o aspirante que afirme que ya tiene en la bolsa a este sector está mintiendo.

Las y los jóvenes representan el relevo generacional de México. Su participación es indispensable. Su entusiasmo, esfuerzo y trabajo son valiosos atributos que requiere nuestro país. En mis recorridos he sido muy enfático respecto a la necesidad de tomar en cuenta a las juventudes y revitalizar nuestras aspiraciones con sus ideas y su energía, evaluando así su rol estratégico para la contienda presidencial que está por venir.

6. El carácter funambulista de Movimiento Ciudadano, que permanece al margen de las actividades de la y los aspirantes a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y de quienes aspiran a construir el Frente Amplio opositor. Este instituto político de centro ha pretendido asumir, a su vez, un rol de fidelidad a la balanza en los últimos procesos electorales, lo cual le permitió, aun sin participar, posicionarse como la tercera fuerza política, desbancando al PRI.

Al margen de la actitud de incertidumbre asumida por dicho partido, de cara a la elección presidencial y como parte de sus estrategias electorales, sería poco conveniente desdeñar el peso específico que tendría en el eventual resultado de los comicios. Sobre todo, a partir de las definiciones y arreglos internos a los que lleguen sus integrantes y simpatizantes en el transcurso de este mismo año.

El reto para MORENA y para el presidente es traducir en votos su alta aprobación y no fracturarse. El desafío para la alianza opositora y su abanderada o abanderado es romper el techo del 24 % en el que se encuentra actualmente la oposición en conjunto.

Tenemos plena certeza de algo: a partir de septiembre serán tres los actores clave en esta contienda: las clases medias, las juventudes y Movimiento Ciudadano.

ricardomonreala@yahoo.com.mx Twitter y Facebook: RicardoMonrealA