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LA TRANSPARENCIA, UN DERECHO JÓVEN.

Nubia Barrios Escamilla.
Hay que decirlo cómo es. La Transparencia inició gracias al periodismo. Sin más y de una. Se le conoce como derecho llave porque gracias a la inquietud de personas como Roberto Rock del periódico El Universal, Jenaro Villamil del periódico la Jornada, Luis Ernesto Salomón del Informador Jalisco, Jorge Islas e Issa Luna de la UNAM, Salvador Nava de la Universidad Anáhuac, Juan Francisco Escobedo de la Universidad Iberoamericana, Ernesto Villanueva en calidad de investigador, entre otros tantos valientes que conformaron el grupo Oaxaca y que marcaron el rumbo y la nueva agenda para dar pauta a la apertura institucional, algo anteriormente impensable.

Cómo lo he dicho en otras ocasiones, no fue producto de una visión de avanzada ni de voluntad política entre las autoridades ni legisladores, sino de la tenacidad, perseverancia y por qué no decirlo, de la presión de la academia, el periodismo mexicano y la sociedad civil, dicho trinomio fue clave en el reconocimiento de este derecho humano.

Hace 20 años era impensable poder tener la posibilidad de preguntar a un servidor público o funcionario ¿Cuánto percibes como sueldo? ¿Cómo ejerces tu presupuesto? ¿podría conocer el contrato de licitación? Incluso, era considerado como una ofensa o insulto contra quien preguntara ¿A dónde viajaste?, ¿qué fue exactamente lo que fuiste a hacer? ¿cuánto gastaste en viáticos?.

No era una tarea fácil, el lograr que cualquier funcionario público accediera a abrirse a la cultura del escrutinio de mutuo propio, sin embargo, la existencia de una Ley general, federal y local que obligara a proporcionar cualquier tipo de información que provenga del manejo del erario público ha cambiado el destino del manejo de recursos en cualquier tema, desde la elaboración de un proyecto de presupuesto hasta la ejecución del mismo, porque tarde que temprano éste será público.

Creo sin temor a equivocarme, que es por esa razón que la transparencia ha generado incomodidad y ha tratado de ser mutilada, el limitar a nivel nacional la posibilidad de poder resolver recursos de revisión que son la columna vertebral de cualquier organismo garante como lo es el INAI a nivel federal, pues mediante sus resoluciones es que se hacen efectivos los derechos de acceso a la información, así como la protección de los datos personales de los ciudadanos.

En Zacatecas y desde nuestra trinchera, el IZAI, seguimos trabajando para que esa efectividad persista, trabajamos en Pleno para que se entregue lo público y se cuide lo privado, cada resolución se hace efectiva desde la entrega de información por parte de la autoridad al ciudadano hasta la imposición de una multa, pasando por el apercibimiento público mediante las sesiones ordinarias.
Invito a cada lector a hacer solicitudes de información de su interés sobre cualquier tema, sigamos haciendo ruido generando inquietudes, ¡pregunten!, pregunten por el sólo gusto de conocer cómo funciona nuestro Estado y cómo podemos coadyuvar a mejorarlo, porque los zacatecanos estamos para extendernos la mano y colaborar en colectivo para lograr un mejor Zacatecas, porqué sólo así saldremos avantes. La transparencia trabaja con todos y para todos, porque siempre estará por encima el interés legítimo de cada persona de este derecho joven que permanecerá pese a cualquier contratiempo y presagio político.

Consejera del IZAI