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28 de septiembre: solo nosotras podemos decidir sobre nosotras

Dra. Verónica Arredondo

Las personas tienen la potestad de decidir sobre ellas mismas, sobre sus cuerpos, sobre lo que quieren hacer con su vida, lo que quieren estudiar, su profesión u oficio: las personas pueden decidir dónde quieren vivir, deciden o no formar una familia. En lo ideal, todas y todos tenemos derecho a decidir; la constitución lo garantiza y lo avala, el Estado está encargado de generar las condiciones para que ciudadanas y ciudadanos gocen de libertades. En lo ideal tendría que ser de ese modo, pero no es así; de hecho, nunca ha sido así y la ciudadanía ha tenido que luchar por sus derechos y la democracia.

Las libertades y garantías individuales, el derecho a un trabajo digno, a la educación, a la salud, se han tenido que pelear. Las mujeres no hace mucho que pudieron votar en las urnas por sus representantes. Los niños hace no tanto que fueron protegidos para no ser obligados a trabajar. Ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo han tenido que ganar terreno para que se respete su derecho a decidir. En la lucha por nuestros derechos hemos tenido que invertir años, esfuerzos y encontrarnos estar expuestas a diferentes tipos de violencia. Como mujeres, queremos gozar de vidas plenas y satisfactoria, queremos poder elegir cómo vamos a crecer y desarrollarnos.

Las mujeres pueden elegir una profesión, un oficio, pueden viajar, conocer otros países; podemos elegir tener familia o no, la maternidad tiene que ser una opción dentro de otras opciones, la maternidad será deseada o no. Y para ello, tenemos que contar con recursos y herramientas que lo garanticen. Porque como ciudadanas tenemos derecho a información, tenemos derecho a la atención, tenemos derecho a que se escuche lo que deseamos, pensamos y queremos. Nadie puede incidir o decidir sobre nosotras.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, despenalizó el aborto a nivel federal en todo el país. Esto obliga a las instituciones de salud pública federales, IMSS, ISSSTE, Pemex, a atender el servicio gratuitamente. El personal médico no puede ser criminalizado; las instituciones no pueden negarse y los gobiernos estatales tienen que preparar los canales para que la interrupción del embarazo sea lo más segura posible. Ninguna mujer que aborte, puede ser procesada como delincuente y todas aquella que fueron detenidas antes de esta resolución, deben de ser liberadas. Pero, los gobiernos estatales tienen que modificar sus códigos penales y así garantizar que la despenalización se cumpla y que la atención a este derecho sea una realidad.

¿A quiénes de verdad afecta o beneficia este cambio a la ley? Las mujeres son las que se embarazan, no los hombres. Los hombres no tienen porqué decidir sobre el cuerpo de las mujeres. Quisiera que los hombres realizarán el simple ejercicio de suponer que las mujeres pudiéramos decidir sobre sus cuerpos, sobre sus sentires, sobre sus sueños, y que además si no atienden a los que nosotras decidiéramos para ellos, estuviera penado que pensaran por sí mismos. Creo que no estarían contentos, ¿o sí?

La despenalización del aborto, les incumbe a las mujeres, solamente a ellas, a nostras, aunque se requiere de la estructura de los servicios de salud. Sí, hemos sido las mujeres las que hemos parido a la humanidad. Nosotras tenemos entonces también el derecho a ejercer nuestros derechos y nadie puede ni debe impedirnoslos.

¿Puede haber mujeres que disientan? Sí, las hay, pero ese no es el punto. El punto es que la interrupción del embarazo es un asunto de salud pública. Hay miles de mujeres que siguen abortando, alrededor del mundo, en clínicas clandestinas, sin la menor seguridad; mujeres que siguen muriendo, o padeciendo los estragos del aborto. Porque así como un embarazo no es nada sencillo, tampoco lo es un aborto. Las mujeres que interrumpen el embarazo requieren apoyo psicológico, de acompañamiento, requieren que la sociedad las abrace y las entienda. Del embarazo tiene que ser deseado, y eso no es negociable.

Este 28 de septiembre, las mujeres saldrán a las calles para decirle al ente colectivo, que el derecho a la interrupción del embarazo tiene que ser atendido y contar con las estructuras necesarias. La SCJN, que enmarca nuestra historia y desarrollo como sociedad y nación, ha decretado que sí, que en efecto, tenemos derecho a ello. Como ya se dijo, habrá disenso, controversia, ataques, pero nadie ha dicho que el aborto sea obligatorio.

Estoy completamente consciente de que hay formas preventivas respecto al embarazo. Requerimos de una educación sexual temprana y efectiva. Necesitamos que los métodos anticonceptivos estén disponibles para toda la población, de forma gratuita. Las familias, madres y padres, necesitan hablar del tema con sus hijas e hijos, constantemente, no un día, ni una semana, sino todo el tiempo. Las instituciones educativas, son educativas, forman personas, ciudadanas y ciudadanos, entonces así como enseñan lengua, ciencia, deportes, tienen que coadyuvar en la labor de la educación sexual de manera clara.

Queridas lectoras y lectores, el 28 de septiembre tiene un significado cívico y de lucha, tiene un objetivo claro: las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestra vida. Como cada 28 de septiembre, habrá manifestaciones. Siempre que se ha ganado un derecho, ha tenido que ser de esta forma: manifestándose, organizándose, luchando; nada ha sido gratuito. Tenemos que apoyar la lucha, desde donde estemos y como podamos; y si no estamos de acuerdo, tenemos que entender que la evolución del proceso es ineludible y que entre más pronto acontezca, será mejor para la evolución de nuestra sociedad.