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Código político

El fracaso del discurso

Por Juan Gómez

La Influencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en las formas de hacer política entre algunos gobernantes es evidente, luego de cinco años de imponer un discurso, de agredir a medios, al Poder Judicial; del mayoriteo en el Poder Legislativo, de sometimiento de las instituciones electorales y de derechos humanos, de intentar posicionar un discurso triunfalista, único, verdadero.
Uno de los gobernadores que han hecho un gran esfuerzo por imitarlo, por clonar su discurso y su forma de hacer política, así como sus ademanes y expresiones discursivas, es David Monreal en Zacatecas.
La semana pasada hizo una “evaluación” sobre los “avances” del Plan Zacatecas II en materia de seguridad y echó las campanas al vuelo, al afirmar que en Zacatecas había disminuido la incidencia delictiva en el estado, lo cual es totalmente ajeno a la realidad.
La prueba de ello es que Fresnillo, durante tres años consecutivos, se mantiene en el primer lugar nacional de mayor percepción de inseguridad, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública que publica el INEGI.
Un dato más. El pasado 30 de noviembre fue emboscado y balaceado el director de la Policía Municipal de Fresnillo. Un auto se le emparejó aproximadamente a las 7: 00 PM y abrió fuego contra la patrulla en la que se transportaba el jefe policiaco.
En el atentado murió el director, un policía y el perro policía que les acompañaba. Tres uniformados más resultaron heridos. Uno más murió a los dos días del ataque.
Ese mismo día, una hora después, el gobernador David Monreal Ávila, encendía el Árbol Navideño en el Centro Histórico, un acto organizado por su esposa, la presidenta honorífica del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), sin que mandara, al menos, una condolencia a la familia del jefe policiaco asesinado. Nada.
Solo luces acompañaron al mandatario estatal. Rodeado de funcionarios y de personas que asistieron a la iluminación del Centro Histórico, David Monreal intentó minimizar el hecho. Solo el secretario de Seguridad Pública del gobierno estatal, general Arturo Medina Mayoral, publicó una esquela de condolencia a la familia de los policías caídos.
De Monreal, ni una palabra. Solo luces en el Centro Histórico.
En Nuevo León pasa algo similar. Se pretende construir un discurso vacío pero lleno de palabrería en las redes sociales.
El gobernador Samuel García se hizo acompañar por su jefa de campaña, de su esposa Mariana Rodríguez Cantú, para impulsar su campaña por la presidencia de la república. En menos de una semana, Samuel dijo que ya ocupaba el segundo lugar de las preferencias electorales. Muchos ingenuos le creyeron. Todo era falso.
Samuel García hizo el gran ridículo de su vida política, se tuvo que regresar a Monterrey para solicitar su reincorporación al gobierno de Nuevo León, ante la amenaza de ser enjuiciado por las irregularidades que ha hecho. Le tomó el pelo a AMLO, a Dante Delgado, a los regiomontanos y a un sector joven de la sociedad mexicana.
Todo era falso.
Samuel evidenció su inmadurez, su autoritarismo; el revanchismo en contra de la oposición, su incapacidad para gobernar, la superficialidad de sus decisiones y sobre todo, la falta de operación política.
Samuel y David son muy parecidos. Ambos muestran la inmadurez, la incapacidad para gobernar. La corta visión para conducir a sus respectivos estados, pero sobre todo, a la manipulación de la opinión pública.
Hoy día se hacen campañas para redes sociales. Son mensajes fugaces, etéreos, sin contenido, sin sustancia. Se apuesta a dos cosas: a la frivolidad y a la búsqueda de una seguridad. Todo ello es bisutería y engaño, pero un gran sector de la sociedad está anclada en ese tipo de propuesta electoral.
No se apuesta al largo plazo.
Estos episodios son propicios para la reflexión, para la toma de decisiones ciudadanas.
Pensemos en México.