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Comer para caer bien

Adriana Bujdud Nassar
Consejera en Imagen Pública

Comenzare esta colaboración dejando algo en claro: las redes sociales te pueden crear y ayudar de manera positiva o te pueden destruir.

Hablemos del caso específico el cual estuve platicando con un buen amigo y nos surgieron algunos puntos importantes a relucir: - ¿qué tan positivo resulta para la imagen de un político o de un aspirante a puesto público el subir fotos y videos comiendo aquí y allá?

Todo lo que hagamos, digamos, publiquemos en internet es imagen y comunicación; aquí la pregunta es: ¿qué mensaje quieres comunicarle a la gente? Y otro punto sumamente importante que jamás debemos olvidar de que en las redes sociales estamos sumamente expuestos y vulnerables a criticas y hasta a ofensas, en el peor de los casos, así que piensen bien sus estrategias de comunicación mediante esta herramienta.

Recordemos hace algunas décadas cuando no existía el internet o no había redes sociales, los candidatos debatían sus propuestas en televisión o radio y así era como se conocía su línea, al igual que reportajes en medios impresos; ahora, el internet dicta las formas de hacer política y proselitismo.

Actualmente la “guerra en campaña” es mostrarse lo más naturales (que aún así te puedes ver forzado), más cercanos a la gente y con actitudes menos estudiadas y entre esas actividades tan socorridas por los candidatos y políticos en el poder es el posar comiendo en la fonda de “doña chuchita o don juanito” o de quien quieran, a todas horas y en todo momento posible.

Nelson Rockefeller dijo una vez: “Ningún candidato de un partido político podrá ser elegido presidente (en Estados Unidos de América) sin ser antes fotografiado comiéndose un hot dog”.

Y es que, efectivamente, en campaña electoral, no sólo valen los mensajes de buenas palabras en los medios de comunicación o las posees en las redes sociales. En la comida, como en los votos, también puede reflejarse seriamente la personalidad del candidato: Qué se come, cuándo se come y dónde se come habla por sí mismo.

No se puede decir que es totalmente malo o bueno realizar este tipo de practicas en campaña y después de ellas, se hacen con mesura, con cuidado de no dar el mensaje incorrecto, de cuidar que el candidato o político realmente se sienta cómodo con lo que come o está haciendo, porque incluso el excederse en los alimentos que andan promocionando en sus redes, pueden provocarles exceso de peso y comenzara a dar un mensaje de descuido hacia su persona, eso es muy importante de tener en cuenta.

Otro aspecto a cuidar es el llenar el feed de sus seguidores con el mismo tipo de publicaciones una y otra vez, esto los expone a ser sumamente criticados con respecto al tema de la comida y a prestarse a cualquier tipo de criticas nada bien intencionadas y pueden llegar a ser contraproducentes para la campaña, hay que evitar ese tipo de comentarios lo más posible, siempre existirán sin embargo no hay que provocarlos.

Gran cantidad de candidatos, legisladores y gobernantes han posado en medios e internet comiendo; el mismo Donald Trump lo hizo innumerables veces y fue muy criticado por eso y por promover, por así decirlo, la ingesta de comida chatarra (referente a las franquicias de comida rápida estadounidense) y aquí en México, sabemos que no nos tentamos el corazón al momento de opinar. Así que tomado en cuento esto, todos están vulnerables a recibir criticas no positivas si comienzan a caer en un exceso de este tipo de publicaciones.

Basen su estrategia en la congruencia de un buen discurso y sus acciones de campaña y/o gobierno, los votantes agradeceremos ver candidatos más comprometidos, con un imagen más coherente y prudente.