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De pronto se reúnen los recuerdos: tú y yo reímos con las colchas de tu cama a la altura del pecho, tu pierna derecha sobre mi pierna izquierda, tu mano derecha entrelazada con mi mano izquierda. Es de noche, es tarde y ya debo irme, pero nuestra epidermis se rebela a volver a ser dos.