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2024. El año para las mujeres.

M.F. María del Carmen Salinas Flores

Los primeros días del año siempre son una invitación a establecernos metas, a reflexionar sobre lo avanzado, y sobre todo a establecernos metas para el año que comienza, en este sentido, es indispensable trazar una ruta de hacia dónde necesitamos ir sobre todo en el movimiento sobre la igualdad de género, si bien en la edición pasada de este espacio, realice un resumen de lo avanzado, es ahora parte de este crecimiento establecer una estrategia 2024.
ONU Mujeres sin duda es una organización impulsa el movimiento hacia la igualdad de género, en este sentido, cada año marca alguno de los ejes para continuar avanzado y lograr la tan anhelada igualdad de género, es por ello que les compartiré 3 de ellos:
1. Pobreza y desigualdad.
Después de la pandemia de COVID-19 y ahora los estragos del cambio climático que han generado millones de personas desplazadas, se estima que existirán 342 millones de mujeres y niñas a vivir por debajo del umbral de pobreza en 2030, se trata de un número alarmante.
Este eje debe ser primordial no solo a nivel mundial, pues es necesario establecer una estrategia integral para disminuir la pobreza extrema en nuestro país, y si bien en los últimos años se ha logrado bajar este porcentaje, ahora se tendrá que hacer frente a nuevos escenarios gracias al cambio climático, ejemplo de esto ya lo vivió Acapulco después del huracán Otis, en donde cientos de mujeres y niñas permanecen en condiciones extremas.
Se trata de un gran reto, que sólo puede enfrentarse a través de impulsar el trabajo formal para las mujeres, su inclusión en material laboral de manera equitativa y sobre todo de interceder de manera temprana con las niñas para que desde pequeñas visualicen su vida de manera autónoma y libre, alejadas de los círculos de pobreza y de violencia.
2. Financiamiento para la igualdad de género.
La igualdad de género se trata de un asunto de interés público, es por ello, que debe formar parte del presupuesto de cada nación, sin embargo, aún no se trata de un asunto prioritario, si no de una de las múltiples partidas que conforman el gasto público, es por ello, que una de las grandes asignaturas pendientes de los movimientos feministas para exigir mayor financiamiento.
Un presupuesto con perspectiva de género no implica solamente establecer algunas partidas presupuestales con este objetivo, si no de generar todo el gasto público de manera diferenciada, teniendo en cuenta como manera prioritaria generar igualdad de oportunidades.
3. Sociedad de cuidados.
Las mujeres históricamente nos hemos encargado del trabajo doméstico y de cuidados, sin duda, es necesario restablecer este rol social, lograr no solo la redistribución de esta carga de trabajo, sino que es necesario que desde el Estado se logre una política pública que establezca todo un engranaje que brinde estos servicios.
En este sentido, deben de incluirse cuidados para niñas, niños, personas mayores, con discapacidad para que de esta manera el desarrollo profesional, laboral, económico de las mujeres no se encuentre supeditado a la carga de trabajos de cuidados, por lo que el Estado debe tomar las riendas de este problema público.
El 2024 representa fuertes retos para los movimientos por la igualdad de género, sin embargo, trabajando de manera continua y estableciendo metas fijas se pueden lograr avances importantes para que el terreno que dejemos a las nuevas generaciones s etrata de un sembradío fértil para transformar la sociedad en una sociedad equitativa.