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¿Llegaron los Reyes Magos?
Bennelly J. Hernández Ruedas

Por segundo año consecutivo, tuve la oportunidad de arrancar el año sumándome al proyecto social del “Juguetón”; un programa desarrollado anualmente en el mes de enero, para entregar a las niñas y niños en mayor vulnerabilidad del país, un juguetito que les llene de alegría, en esta temporada que están de visita los Reyes Magos.
Poder realizar esta actividad en colonias y comunidades de mi Fresnillo, me pone nostálgica, al observar la ilusión con la que los pequeños reciben un presente; ya que esta acción les demuestra que, ante todo pronóstico, se cumplió su deseo de tener un regalo de navidad.
Y es que, no hay niño que no merezca un juguete en esta temporada. Considero que la protección y atención de las infancias es un tema trascendental, para dar dirección e ir reconstruyendo la sociedad que deseamos tener en el futuro inmediato.
En este sentido, la infancia debe ser una de las etapas de vida, más felices para el ser humano; en la que reciba cuidado, enseñanzas, pero también en la que pueda jugar, divertirse y convivir con otros pares, para vivir una infancia plena, que le permita desarrollarse y sentar las bases para consolidar su personalidad y carácter como individuo.
Por ello, ser parte de estas entregas, que en algunos años serán gratos recuerdos para cientos de niños fresnillenses, a los que he estado visitando desde el pasado 6 de enero hasta sus comunidades; también es un incentivo que me llena de energía y me impulsa a seguir trabajando en la gestión de diversos apoyos sociales, que traigan más y más sonrisas a los niños y familias de mi Fresnillo.
Y es que, por más pequeño que sea el detalle, el tamaño de la sonrisa que se pinta en sus rostros, la risa nerviosa que brota de la emoción que sienten por abrir su juguete, es impresionante e inexplicable.
Inexplicable porque te toca el corazón de una manera sin igual. Impresionante, porque observar ese momento de felicidad, nos puede hacer reflexionar en lo afortunados que somos otros, al tener unos padres, abuelos o familia, que se preocuparon y se esforzaron para que nuestra infancia y navidades fueran privilegiadas.
Así que, arranquemos este 2024 siendo agradecidos de todas las cosas buenas que la vida nos ha dado.
Que el espíritu noble y de gratitud que surge en la época decembrina no se esfume; por el contrario, que se mantenga todo el año en nuestros corazones, para ser más empáticos, más generosos, más solidarios, efectuando gestos de amor a aquellos que más lo (nos) necesiten.