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La partida de un jurista.

Por: Jenny González Arenas

Don Sergio García Ramírez ha fallecido. Para quienes nos dedicamos al derecho su nombre es referencia obligatoria, pero ¿quién fue Sergio García Ramírez?
Jurista reconocido tanto a nivel nacional como internacional, Sergio García Ramírez es toda una institución cuando de Derechos Humanos se trata.
Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, presidente de la misma, desarrollo jurisprudencias muy importantes que, hasta la fecha, son referente para la implementación e interpretación de los derechos humanos tanto en México como en otros países del continente americano.
Antes de incursionar a nivel internacional en el tema de los derechos humanos, era referente en materia penal, con una gran trayectoria práctica y académica, donde también sentó precedentes importantes definiendo figuras jurídicas que aportaban herramientas significativas a la solución de conflictos teórico jurídicos.
Una persona con una gran calidad humana, quien compartía su conocimiento de forma sencilla y práctica. Un profesionista del derecho con quien se podía disfrutar de una buena charla con un profundo aprendizaje; alguien que bien podía hablar de derechos humanos como de la belleza de una ciudad.
En varias ocasiones tuve la oportunidad de compartir con el Dr. García Ramírez en espacios académicos, su sencillez y amabilidad contagiaban el espacio; lo interesante de su charla y la elocuencia para platicar de cualquier tema hacían de cada charla, de cada conferencia o cada disertación un espacio de aprendizaje.
Un ser humano con basta experiencia profesional quien disfrutaba participar en eventos en donde intercambiara espacio y opinión con la juventud que se estaba formando como futuros profesionales del derecho. Nunca dudó en reconocer la capacidad de las y los jóvenes para enfrentar, en simulacros de juicios, escenarios que eran mucho más demandantes que la vida real. Siempre motivando a las futuras generaciones de abogadas y abogados a no claudicar en su esfuerzo a siempre seguir aprendiendo.
Nunca olvidaré aquel día en el que tuve la oportunidad de compartir con el un panel de jueces – en una competencia de derechos humanos – en la Facultad de Derecho de la UNAM, una experiencia gratificante, los nervios invadían aquel auditorio en el que dos equipos de jóvenes universitarios disputarían una final de la competencia que lleva el nombre del Dr. García Ramírez, su presencia imponía respeto y solemnidad, además de nerviosismo por la gran trayectoria del doctor, pero para el todo era muy sencillo, se trataba de disfrutar cada día, cada minuto, cada argumento. Escuchaba con atención los argumentos de cada equipo, tomaba notas, tanto de lo que decían aquellos jóvenes impetuosos que defendían un caso hipotético como si en ello se les fuera la vida entera y el Dr. García Ramírez siempre tenía para ellas y ellos mensajes de reconocimiento, consejos, palabras de aliento y motivación. Transmitía confianza.
Una persona firme en sus convicciones, en sus criterios que no dudaba en dejar escrito su voto particular o disidente, porque para el siempre fue importante establecer su opinión aunque no estuviera de acuerdo la mayoría, porque la libertad es un valor fundamental. Como olvidar las largas sesiones de discusión en el grupo de derechos humanos donde analizábamos los votos razonados del doctor Sergio García Ramírez sobre el plazo razonable o el control de convencionalidad.
Un ejemplo para muchas generaciones de abogados que se formaron con sus textos y con sus cátedras, un ejemplo a seguir.