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EL DEBATE QUE SIGUE

Por: Arturo Nahle García

El artículo 218 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece que el Consejo General del INE organizará dos debates obligatorios entre los candidatos a la Presidencia de la República y definirá las reglas, fechas y sedes, respetando el principio de equidad.

La misma ley establece que tanto la propaganda electoral como las actividades de campaña deberán propiciar la exposición de los programas y acciones fijados por los partidos políticos en sus documentos básicos, particularmente en su plataforma electoral.

La propaganda no tendrá más límite que el respeto a la vida privada, a las instituciones y los valores democráticos. Deberán abstenerse de expresiones que calumnien a las personas, discriminen o constituyan actos de violencia política contra las mujeres en razón de género.

Pues el 7 de abril se llevó a cabo el primer debate, los temas fueron: educación, salud, combate a la corrupción, transparencia, no discriminación y grupos vulnerables y violencia contra las mujeres. Las preguntas las hicieron Denise Maerker y Manuel López San Martín.

Y el pasado 28 de abril se celebró el segundo debate, Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho interrogaron Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez sobre: crecimiento económico, inflación y empleo; infraestructura y desarrollo; pobreza y desigualdad; cambio climático y desarrollo sustentable.

En los dos debates las candidatas se olvidaron de los programas y acciones que contienen los documentos básicos de sus partidos, se olvidaron de su plataforma electoral, no respetaron la vida privada, ni a las instituciones, ni los valores democráticos, hubo calumnias, discriminación y sin duda violencia política. Lo menos que se dijeron fue “corrupta, mentirosa y hasta narcocandidata”.

Pues el próximo 19 de mayo será el tercer y último debate, los moderadores serán Elena Arcila, Javier Solórzano y Luisa Cantú. Para mi gusto será el más importante porque los temas serán: política social, inseguridad y crimen organizado, migración y política exterior, democracia, pluralismo y división de poderes.
En cuanto a política social seguramente las tres candidaturas van a prometer más apoyos económicos a viejitos, madres solteras, estudiantes, desempleados, productores, a todo mundo, quien sabe de dónde sacarán el dinero pero prometer no empobrece.
En cuanto a migración y política exterior el discurso será el de rigor: respeto a los derechos humanos de los migrantes, defensa de nuestra soberanía y respeto a la comunidad internacional a través de la consabida no intervención.
Pero el tema de temas será la inseguridad, habrá que ver cuál es su propuesta para hacer frente a la delincuencia común y al crimen organizado; si insisten en la prevención, en la militarización o el combate a las causas, entonces gane quien gane no debemos esperar nada nuevo, eso es lo que se ha hecho en los últimos veinte años y los resultados no satisfacen a nadie.
Yo espero que alguien se comprometa al combate férreo a la impunidad a través de la aplicación irrestricta de la ley, que alguien diga que “quien la haga la va a pagar”, y que para ello se comprometa a fortalecer no solo a las corporaciones de seguridad, sino a las Fiscalías y a los Poderes Judiciales porque son esas instituciones las responsables de investigar los delitos, detener a los responsables y hacer justicia.
Quien salga con la cantaleta de “abrazos no balazos” o la demagogia de elegir a los ministros, magistrados y jueces, ese candidato o candidata no le sirve a este país plagado de malandros y bañado en sangre; necesitamos un gobierno que estatuya en serio el “cero tolerancia a la impunidad”, espero que ese sea el compromiso de los tres.