EL ESCÁNDALO DE ARTURO ZALDÍVAR
Por: Arturo Nahle García
Arturo Zaldívar Lelo de la Rea es un abogado queretano egresado de la Escuela Libre de Derecho y doctorado en la UNAM. Durante 25 años fue litigante y catedrático hasta que en el 2009 el presidente Felipe Calderón lo propuso al Senado como Ministro de la Corte; derrotó nada menos que al insigne maestro Eduardo Ferrer MacGregor, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Diez años después, en enero del 2019, el Pleno de la Suprema Corte eligió a Zaldívar como su presidente en sustitución del juez de carrera Luis María Aguilar. Esta elección en automático lo convirtió también en presidente del Consejo de la Judicatura Federal, órgano encargado de la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial del Poder Judicial de la Federación.
Zaldívar fue un presidente innovador, usuario de las redes sociales, abierto a los medios y férreo promotor de las libertades y los derechos humanos, sobre todo de los denominados grupos vulnerables.
Su prestigio y respetabilidad empezó a decaer cuando en el 2021 impulsó la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y de manera misteriosa, por no decir furtiva, apareció en un artículo transitorio que su periodo como presidente se prolongaría dos años más contraviniendo lo que dispone la Constitución. Su intentona obviamente no prosperó, regresó a su ponencia tan desgastado que el pasado 7 de noviembre optó por renunciar a la Corte y unirse al equipo de campaña de la candidata presidencial de Morena Claudia Sheinbaum.
Hoy Arturo Zaldívar está en el ojo del huracán porque el presidente López Obrador confesó, palabras más palabras menos, que le tiraba línea al presidente de la Corte y éste a su vez le tiraba línea a jueces y magistrados federales para que resolvieran a favor de los intereses de la 4T o de los despachos afines al defenestrado Consejero Jurídico Julio Scherer.
Varios jueces y magistrados ya presentaron denuncias contra Zaldívar ante la Contraloría anexando audios que pudieran constituir prueba de que él y sus colaboradores más cercanos violaban la independencia judicial al inmiscuirse indebidamente en ciertos juicios ejerciendo presiones y consignas para que se resolvieran en tal o cual sentido.
Esta conducta está catalogada por la ley como “falta grave” y la sanción podría ser la inhabilitación para desempeñar cargos públicos hasta por diez años.
López Obrador, Claudia Sheinbaum y el propio Zaldívar dicen que la filtración del caso es un ataque político de la presidenta de la Corte, Norma Piña, en el marco del presente proceso electoral; no lo creo, de lo que no tengo duda es que mi tocayo está metido en un escándalo que no se veía en la Corte desde el 2019 cuando el ministro Eduardo Medina Mora tuvo que renunciar acusado de tener jugosas cuentas bancarias en el extranjero.
Zaldívar es un claro prospecto para ser Secretario de Gobernación, Fiscal General de la República en lugar del desaparecido Alejandro Gertz Manero o, de perdido, Consejero Jurídico de la Presidencia de la República. Pero si las denuncias en su contra prosperan, no va a ser ni Director de la Policía Infantil del Bosque de Chapultepec.