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M.F. María del Carmen Salinas Flores

El mes del orgullo, ¿necesario?

En junio se conmemora el mes del orgullo gay, este mes se encuentra destinado a honrar a todas las personas que derivado de su orientación sexual o identidad de género históricamente han sufrido algún tipo de discriminación o se han restringidos sus derechos por el hecho de ser quienes son.

Las calles de todo el país se inundarán llenas de personas que hacen el espacio público suyo, por un día toman sus ciudades, las inundan de colores, de banderas, de risas, de baile, las impregnan de sus verdaderas personalidades sin miedo a ser juzgadas.

Si bien, esta marcha de unos años para acá se ha vuelto ya una tradición, lo que muchos observan como un momento de libertinaje, o de fiesta, en realidad conlleva un gran significado y se trata de un movimiento por la lucha de los derechos de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTTTIQA+.

Una de las grandes interrogantes que giran alrededor de este mes, cuestionan su necesidad, pues si bien cada día se abren más puertas para esta comunidad, esto no significa que la lucha haya terminado, al contrario, las brechas aún son grandes y el acceso a una vida sin discriminación aún está lejos de ser una realidad.

Desafortunadamente, existe aún una gran lista de asignaturas pendientes para lograr el pleno acceso a los derechos de las personas de esta comunidad, si bien existe el falló de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que obliga a los Congresos Locales a legislar a favor del matrimonio igualitario, lo que permite que esta comunidad acceda a derechos que se les habían negado, sobre todo acceso a seguridad social, derechos sucesorios, prestamos hipotecarios, entre otros.

Sin embargo, el matrimonio por sí mismo no permite a esta comunidad de gozar de todos los derechos que les han sido negados, aún quedan algunos clarososcuros dentro de este proceso rumbo a una sociedad más inclusiva, en donde la diversidad no sea sinónimo de “aislamiento”, si no de inclusión y apertura.

Uno de estos es la inclusión de las personas de la comunidad LGBTTTIQA+ dentro del ámbito laboral, pues si bien de acuerdo con el INEGI el 60% de esta población es económicamente activa, también es de suma importancia analizar su visibilidad, pues un gran porcentaje de ellas prefieren mantener su vida privada en secreto, por miedo al estigma, así como a afectar su carrera profesional, pues de acuerdo con el INEGI en 2021, el 28% de las personas LGBTI+ de 15 años y más manifestó haber sufrido situaciones de rechazo social en el trabajo. Sin duda, la apertura en el ámbito laboral es una de las grandes deudas con esta comunidad.

Por otro lado, otra de las asignaturas pendientes es garantizar el derecho a la salud sin estigmas, sobre todo a información referente a educación sexual dirigida para los miembros de esta comunidad, pues a su alrededor se han generado una serie de tabúes, que afectan la calidad de los servicios de salud que reciben.

Estos son solo pequeños ejemplos de las luchas que aun deben de mantenerse para lograr la inclusión de las personas de la comunidad LGBTTTIQA+, por lo que la respuesta al cuestionamiento sobre si es necesario un mes del orgullo, es innegablemente que sí, que es necesario visibilizar y que tomen los espacios públicos que por tanto tiempo se les ha negado.

Secretaria de Educación del Estado de Zacatecas