Las emociones
Maira Gallegos Ruiz
Lic. en Psicología
No es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa.
Marian Rojas Estapé.
La necesidad social de enfrentar un mundo tan cambiante a lo largo de toda la historia será siempre impredecible. Los sistemas más inteligentes (los humanos) requieren desarrollar emociones para sobrevivir. Esto, en consecuencia, establece el surgimiento de dichas emociones como resultado de la necesidad biológica de adaptación. Adaptarse a algo o a un medio es cambiar. Los cambios útiles en una especie siempre dejarán huella a través de la activación de genes, que a su vez se transmitirán de generación en generación.
El humano tiene la obligación implícita, como especie, de sobrevivir; esto le exige comer, beber, reproducirse, establecer limites territoriales, luchar, huir, cuidar crías, etc. La convivencia con otros grupos obliga también a establecer una comunicación verbal y no verbal que permite prever si algo es peligroso o amenazante. El cerebro humano ha desarrollado sistemas que permiten anticipar eventos para garantizar seguridad y la de la descendencia de la especie.
Estos sistemas son los elementos más básicos para la supervivencia; permiten tener una representación de uno mismo y del exterior, tanto de individuos como del entorno social. Estas representaciones son simultáneas, ya que ambas interaccionan en la realidad.
De esta forma, se asigna un valor para los eventos o situaciones en las interacciones, lo que finalmente lleva a una representación de los cambios internos capaces de generar el sentimiento emocional.
Las emociones son estados internos que regulan de manera flexible las interacciones con el entorno y sus relaciones sociales. Neuronalmente, son un factor determinante de la supervivencia, pues ayudan a mantener en equilibrio homeostático por medio de sistemas de “recompensa y castigo” y que funcionan como reforzadores.
La energía en el cerebro genera una codificación en los circuitos neuronales localizados en las zonas más profundas, que motivan la necesidad de sobrevivir. Mientras se está despierto hay siempre una alerta que ayuda a distinguir los estímulos más importantes. Estos pueden ser de recompensa y placer o castigo y dolor. Una emoción se define como una reacción conductual y subjetiva producida por una información proveniente del mundo exterior o interno.
Un ejemplo: cuando a una persona se le acerca un perro con la intención de atacar o morder, la reacción emocional será de defensa o huida (la interpretación es de peligro, dolor, castigo). En cambio, cuando alguien tiene hambre, ante un apetecible platillo, la reacción emocional es comer (la interpretación del cerebro es el placer de comer).
Estas reacciones ante los diferentes estímulos obedecen a mecanismos universales codificados en el cerebro desde hace millones de años. La reacción tiende a generar el equilibrio siempre y realizarse en el menor tiempo posible. En el humano es una reacción inconsciente; la naturaleza encontró un mecanismo sabio, eficiente, capaz de mantener a los seres vivos unos frente a otros y con ello planificar la supervivencia biológica.
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