Ganamos: Despenalizan el aborto en Zacatecas, una reflexión personal
Dra. Verónica Arredondo
Pienso en la comunidad, en la sociedad, en el espacio donde la gente nos encontramos y conversamos acerca de los intereses mutuos. Trabajamos sobre lo que nos atañe para progresar y evolucionar. Supongo que así habrá sido en cuanto los seres humanos nos dimos cuenta que teníamos que proceder como un ente colectivo. Nadie que jalara por su propia cuenta tenía posibilidades de avanzar o sobrevivir. Yo creo en el interés comunitario; en que la gente se reúne y hace cosas: edificios, carreteras, arte. Hablando en términos sociales, no me atrevería a darle prioridad a lo particular sobre lo general. Sin embargo, también sé y confío en que podemos y debemos decidir sobre nosotras mismas. Debemos poder tomar decisiones sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos, y nadie debe impedirlo. Celebro esta resolución del Tribunal Colegiado en Zacatecas y espero que Congreso local tome las medidas necesarias para garantizar el acceso a las mujeres a los servicios adecuados y seguros para la interrupción del embarazo.
No sé ustedes, pero estoy convencida de que tenemos que luchar por nuestras libertades en distintas formas, desde distintas plataformas, cada una a su modo y a su tiempo. Mujeres de generaciones anteriores tuvieron que organizarse para ganar cada derecho de los que gozamos actualmente. Ganamos el derecho a trabajar, a votar, a valernos por nosotras mismas. La sociedad aún no se encuentra estructurada para nuestro desarrollo, para lograr nuestra plenitud, nuestra salud. Entonces no nos queda de otra que alzar la voz, y exigir que nuestras demandas sean escuchadas y satisfechas; nosotras conformamos más de la mitad de la población en el mundo, creo, me parece que merecemos la mitad de lo que el mundo ofrece, de los puestos de mando, de los derechos. Merecemos atención a nuestra salud, gratuita, segura, y sin señalamientos.
Ahora bien, todas sabemos es necesario que el Congreso derogue lo que tenga que derogar y legisle lo que tenga que legislar. Los representantes locales, diputadas y diputados, a quienes elegimos y en quienes confiamos, tienen la obligación de escuchar y trabajar para satisfacer necesidades y mandato de las ciudadanas. Ahora hay que legislar para garantizar el acceso libre y gratuito a las clínicas zacatecanas cuando una mujer quiera abortar. Nuestro derecho es decidir sobre nuestro cuerpo. La sociedad no tiene por qué oponerse. Las y los congresistas deben de proceder conforme la Suprema Corte de México lo ha ordenado.
Interrumpir el embarazo no es un tema sencillo, una ejecución fácil. Se requiere apoyo incondicional, un sistema de salud apto y eficaz, acompañamiento profesional y familiar. Se requiere un entorno que cuide y proteja y que no juzgue. La vida de las mujeres está en juego ante una situación de esas características. Se sabe que hay disiente de ello, pero lo cierto es que, esto ya es un un problema que se trata de la salud de las mujeres.
Todavía nos quedan muchas batallas que pelear y que ganar. Tenemos que ser conscientes de que en una estructura de pensamiento heteropatriarcal y machista, nuestras necesidades y demandas no tienen lugar a menos que alcemos la voz y luchemos por las mismas. Afortunadamente más mujeres están entendiendo y atendiendo la problemática que impera. Necesitamos acompañar a nuestras compañeras en sus demandas, en sus necesidades, en sus deseos. Queda un largo trecho que andar y es mejor hacerlo juntas.
Desde mi lugar en la vida, desde mi profesión, desde esta columna, insto a los congresistas a que hagan su parte y cumplan con sus obligaciones. Necesitamos que acaten el mandato del Tribunal Colegiado, pero no porque sea una orden, sino porque deben de entender que se trata de la salud de las mujeres, de las ciudadanas zacatecanas.
Agradezco a todas las mujeres que han luchado para que esto sea posible. Agradezco a colectivas, grupos, sociedad civil organizada, instituciones, que participaron de esta lucha. Todas las mujeres que aportaron su granito de arena son importantes, y todas aquellas que no, también son importantes. Todas tenemos derecho a interrumpir el embarazo, todas, pero cada una debe de tomar la decisión que concuerde con su desarrollo. El Estado debe garantizar ambos temas: nuestra salud y nuestro desarrollo.