José de Jesús Reyes Ruiz
TIEMPO DE HURACANES
Para documentar mi pesimismo… y el de los demás
II PARTE
Si se me permite quisiera relatar una experiencia personal que viví en los setentas con estos desastres naturales, estaba realizando la especialidad en neurocirugía en el CENTRO MEDICO NACIONAL cuando con un primo decidimos viajar en nuestras vacaciones a la BAJA, lugar predilecto en mi perspectiva para realizar turismo, y emprendimos el viaje en un pequeño VOLKS WAGEN viajando de Zacatecas Durango, Mazatlán, Culiacán Hermosillo hasta llegar a MEXICALI primera parada importante donde tenia familia por la rama materna y donde nos quedamos algunos días en un Holiday Inn donde todas las noches cantaba el bueno de JOHNNY LABORIEL y no fallábamos al centro nocturno del hotel a disfrutar de este magnífico cantante, de ahí emprendimos el camino a través de la península de BAJA CALIFORNIA Tijuana, Ensenada con sus maravillosos viñedos que ya se veían entonces, siguiendo por el desierto de CATAVIGNIA y después GUERRERO NEGRO el sitio de las BALLENAS, de ahí a SAN IGNACIO, SANTA ROSALIA Y MULEHE con sus misiones tanto jesuitas como franciscanas y después LORETO un pueblo donde quisiera terminar mis días, y las BAHIAS DE LA CONCEPCION cruzando a CIUDAD CONSTITUCION un lugar entonces progresista donde alguna vez pensé en establecerme profesionalmente pero que se ha quedado rezagado con la implosión agrícola de nuestro país, y finalmente a la PAZ.
Nuestro camino eran LOS CABOS pero saliendo de la PAZ nos encontramos con un bloqueo que nos impidio el paso, y la razón era de que un HURACAN TOCARIA LOS CABOS esa noche y tendríamos que regresar a la PAZ por donde nos dijeron que no pasaría el huracán y estaríamos a salvo, ya por la mañana podríamos seguir nuestro camino y así lo hicimos, nos dirigimos a lo que entonces era el HOTEL PRESIDENTE que estaba prácticamente vacío sin instalarnos ahí por que pensábamos – era aún por la tarde – que por la noche podríamos seguir nuestro camino.
Fuimos ilusos nos instalamos en el bar frente al mar donde vimos a una pareja jugueteando con los vientos que se incrementaban exponencialmente hasta que la mujer se soltó de las manos de su pareja y el viento prácticamente la cargo en vilo y la llevo a caer en una de las albercas, cuando acudimos a auxiliarla me percate que tenia una fractura en la pierna derecha no expuesta, solicitamos la ambulancia y mi primo y yo nos quedamos frente a la playa hasta que no distinguimos donde iniciaba el mar y donde el cielo por un viento que inmisericordemente nos golpeaba la cara con su carga de arena hasta que nos fue imposible permanecer ahí y tuvimos que refugiarnos en el LOBY con el resto de los huéspedes que los empleados del hotel habían hecho bajar de sus habitaciones.
Antes de entrar al LOBY fuimos testigos de algo que no creo volver a ver, el hotel era una herradura con dos brazos hacia el mar y en el centro se formo una especie de tromba con las palmeras que prácticamente habían sido arrancadas del suelo y que circulaban elípticamente en el centro de la herradura, repentinamente fuimos testigos como las puertas de los cuartos eran literalmente botadas como tapón de champagne por que las ventanas exteriores al romperse con las fuerzas del viento provocaban una presión al interior de las habitaciones que finalmente presionaban a las puertas de alguna forma endebles a ser empujadas a la tromba a la que hice hace algún momento referencia.
Ya en el LOBY habríamos algo así como medio centenar de huéspedes y trabajadores escuchando los fuertes vientos, es importante en este momento recordar que los huracanes son impredecibles ese huracán en particular cuyo nombre no recuerdo según el curso y la trayectoria pasaría por CABO SAN LUCAS pero cambió bruscamente su rumbo y pegó con todas sus fuerzas – categoría IV según recuerdo – al puerto de LA PAZ los vientos sonaban con una intensidad que jamás podré olvidar estábamos – creo que no lo pensaron los que organizaban la protección de huéspedes – frente a un gran vitral que nos separaba de la herradura a la que ya he hecho referencia pero había – por fortuna – unas gruesas cortinas que nos impedían visualizar lo que pasaba ahí, a unos metros.
De repente alguien comentó en voz alta – porque ya no había luz – que un personaje importante de la música de los ESTADOS UNIDOS tenia su yate anclado en la marina solo afuera del hotel y que al no haber sido avisado del cambio de la trayectoria del huracán estaba en su yate con algunas personas y que había que organizar con quienes se ofrecieran de voluntarios amarrarse en cadena para su rescate.
Se trataba de BING COSBY cantante famoso en los Estados Unidos que había realizado películas importantes yo había escuchado algo sobre el pero ya estaba grande, la expedición – si es que se le puede llamar de esa manera – consistió en amarrar una gruesa cuerda y una veintena de hombres dentro de los que claro nos incluimos mi primo y yo comenzamos a avanzar en la herradura donde era cada ves mas impresionante visualizar la tromba con palmeras, puertas y mil cosas mas en el centro, con la cuerda fuertemente amarrados cada uno caminamos soportando el golpe de los vientos que contenían arena que nos golpeaba por lo que teníamos que avanzar de espaldas guiados por quienes conocían en donde se encontraba el yate al llegar a unos 50 metros de las albercas vimos como la embarcación daba tumbos de un lado para el otro pero logramos entre todos tomar la cuerda que lo fijaba al muelle y acercarlo para posteriormente fijarlo y después lograr que los que ahí se encontraban y con ellos el actor cantante que pudieron descender y amarrarse a nuestra cuerda que finalmente fue jalada desde el Lobby por los que ahí quedaban logrando un exitoso rescate en un momento adecuado por que un día después con todo y que lo fijamos el bote se fue a pique.
Ya dentro del LOBY donde permanecíamos peligrosamente equivocados escuchamos un estruendo que implicó que el vidrio que nos separaba del exterior se vino abajo, de no ser por las cortinas que lo contuvieran tal vez no estaría contando esta historia, rápidamente nos dirigimos a donde tendríamos que haber ido en un inicio a la disco que estaba en un sótano excelente para refugiarnos, ahí escuchamos la calma que implico el ojo del huracán solo para después volver a escuchar los intensos vientos que todo arrasaban a su paso, ahí pasamos la noche literalmente en vela, la gente del hotel estaba preocupada por sus familias pero la autoridad no les permitío salir por lo peligroso del huracán que duró algunas horas golpeando el lugar, ahí nos ofrecieron refrescos y sándwiches .
Cuando los vientos se calmaron anunciando el fin del desastre – o tal vez el inicio – en la madrugada al amanecer armamos un grupo para acompañar a los empleados a ver los alrededores salimos un grupo de unos 20 entre empleados y huéspedes empáticos con ellos, el lugar estaba devastado a unas cuadras de ahí nos encontramos con un espectáculo que no se borra de mi memoria, había una camioneta pick up hundida en el frente con la caja salida y en la cabina 3 personas ahogadas con lo impresionante que implica este tipo de muerte, yo siendo medico y en plena residencia de neurocirugía no pude resistir la impresión, casi todos vomitamos al ver eso, yo me tuve que regresar al hotel.
No teníamos agua ni luz, consumíamos los pocos refrescos que había en el servibar, pero al mediodía nos convocaron a los pocos que ahí permanecíamos a una comida que ofrecía el cantante que platicó con nosotros y al final pudimos subsistir ese día posterior a la desgracia pero un día después llego ECHEVERRIA y se acabaron los privilegios los alimentos se requisaron para atender a la población que sufría afuera e hicieron bien, las colas para conseguir algo de agua embotellada eran larguísimas.
En el estacionamiento del hotel busqué mi carro pero no lo encontré a 100 metros había un volkswagen volteado de otro color finalmente me percaté que la arena y el viento habían lijado el color de mi auto que era amarillo y regreso al color rojo que tenia anteriormente, con la ayuda de algunos pudimos voltearlo pero claro no funcionaba, yo tenia del pasado algunas amistades que no recuerdo como pude contactar y empujando lleve mi vehículo a resguardar en una cochera que tenían en el centro, varios kilómetros empujando pero lo logré y finalmente – como, no lo sé – logramos conseguir un vuelo dos días mas tarde que nos trasladó de la Paz a la Ciudad de México, no me olvido la pelea en ese vuelo de los que vivimos el huracán y los periodistas a los que les habían indicado no comentar mucho del desastre el conflicto era porque nosotros que lo vivimos y vimos las consecuencias queríamos que todo México lo supiera para que llegaran los auxilios necesarios.
NO FUE SOLO EL HURACAN UNA PRESA POR LA FUERZA DEL METEORO ROMPIO SUS COMPUERTAS Y ARRAZÓ CON GRAN PARTE DE LA CIUDAD, HAY QUIEN DICE QUE HUBO HASTA DOS MIL MUERTOS LA PRENSA SOLO COMENTÓ A DURAS PENAS 500.
UNA EXPERIENCIA QUE JAMÁS PODRÉ OLVIDAR